Las etapas del plan Baker

El Plan para la Autodeterminación del Pueblo del Sáhara Occidental, propuesto por James Baker, prevé la celebración de un referéndum en la antigua colonia española, "no antes de cuatro años y no después de cinco", etapa durante la cual el antiguo territorio español tendrá estatuto de autonomía dentro de Marruecos y estará administrado por un Ejecutivo y una Asamblea Legislativa provisionales.

La propuesta establece dos cuerpos electorales distintos. El de la primera consulta, de carácter autonómico, incluye a los que estén en el censo elaborado por la Comisión de Identificación de la Minurso o figuren en la lista de repatriados del Alto Comisionado para los Refugiados.

El del referéndum de autodeterminación es mucho más amplio: suma a estos primeros los que hayan vivido "de forma continua en el Sáhara Occidental desde diciembre de 1999". Para demostrar su residencia, estos votantes deberán aportar "el testimonio de al menos tres personas creíbles o mostrar documentación fehaciente". Naciones Unidas "tomará la decisión final sin posibilidad de apelación".

La Autoridad del Sáhara Occidental (ASO), que resultará de la elección autonómica, tendrá competencias exclusivas en materia de "gobierno local, presupuesto territorial, impuestos, desarrollo económico, seguridad interior, policía, protección social, asuntos culturales, educación, comercio, transportes, agricultura, actividad minera, pesca, industria, medio ambiente, vivienda y desarrollo ubano, agua, electricidad, carreteras e infraestructuras básicas".

Marruecos conservará, sin embargo, su autoridad sobre las "relaciones exteriores, seguridad nacional y defensa exterior [incluidas las fronteras] y todos los asuntos relativos a la producción, venta, propiedad o uso de armas y explosivos, así como la preservación de la integridad territorial contra posibles intentos sececionistas" por parte de la ASO. La autoridad saharaui se verá además obligada a utilizar las mismas "banderas, sellos, moneda y aduanas" que el Reino de Marruecos.

Noventa días (plazo negociable) tras la firma del plan, "las Fuerzas Armadas de Marruecos y del Frente Polisario serán reducidas y confinadas" a lo que se negoció en los acuerdos de Houston (1997). Un año, a lo más tardar, después de la conclusión de la paz, tendrán lugar las elecciones autonómicas para elegir al Gobierno interino. Éste se mantendrá en el poder "durante cuatro años o hasta que se cambie la autoridad para celebrar un referéndum de autodeterminación". Baker deja, de sopetón, de evocar un plazo máximo de cinco años.

El proyecto también contempla la creación de una Corte Suprema del Sáhara Occidental, independiente de la que se encargue de los asuntos judiciales internos.