_
_
_
_
Reportaje:GUERRA EN IRAK | Los soldados hispanos

Nacionalidad a cambio de guerra

Estados Unidos concede la ciudadanía a los inmigrantes con permiso de residencia que se alisten en su Ejército

"¿De qué sirve que les den la nacionalidad después de muertos?" La indignación de Aura Gamarra es tan grande como su desconsuelo. Su único hijo, Alexander, está dispuesto a dar la vida por EE UU, pero el país no le otorgó automáticamente la ciudadanía norteamericana antes de enviarle a Irak. El trámite es importante para su esposa, que no ha podido salir de Bogotá desde que se casaron en 1999 porque EE UU no le da el permiso de residencia.

Alexander Zapata se fue a la guerra el 2 de febrero. Emigró de Colombia hace ocho años a EE UU en busca de una vida mejor. Con ese fin se alistó en el Ejército, como hicieron otros 37.000. A cambio de unos años en la vida militar, el Pentágono les paga una carrera universitaria y ahora les garantiza además la nacionalidad estadounidense.

El Gobierno dice que es "un honor en reconocimiento a la valentía y el sacrificio"
Más información
Cae el último bastión de Sadam
La entrada en combate del 'marine' Medina

En julio, cuando los tambores de guerra empezaban a sonar, el presidente Bush firmó un decreto para incentivar el reclutamiento ofreciendo el pasaporte americano. ¿Es una explotación de inmigrantes pobres o una simple táctica para paliar la escasez de reclutas? La experta en temas militares de Rand Corporation, Laura Miller, piensa que es lógico que traten de captar a los hispanos porque están infrarrepresentados en el Ejército (son el 11,5% de la población y el 6,8% delEejército), pero al mismo tiempo señala que "la élite rica está igualmente infrarrepresentada y, sin embargo, no tratan de reclutar a sus hijos".

La Marina anuncia en Internet la campaña de reclutamiento en spanglish: "El Navy accelerate your life". Miles de hispanos han respondido creyendo que era una especie de amnistía a cambio de colgarse un fusil, pero la mayoría carece de permiso de residencia y sólo unos 5.500 se han podido acoger por ahora al decreto.

El Gobierno niega que haya puesto "en oferta" la nacionalidad para engrosar sus filas: "Es un honor en reconocimiento a la valentía y el sacrificio", afirma Dan Kane, portavoz del Buró de Ciudadanía y Servicios de Inmigración. Las fuentes consultadas, incluidas familias de soldados, dicen que es cierto que el idealismo y la lealtad al país adoptivo motivan a la mayoría a entrar en el Ejército, pero también las razones económicas y laborales.

Aunque el controvertido decreto condona el requisito militar de residir tres años legalmente en EE UU para poder solicitar la ciudadanía, no elimina los trámites burocráticos -que no pudieron satisfacer los que partieron apresuradamente a Irak, como Zapata y Keinar Sequeira-, ni facilita la residencia legal de sus familiares. Y lo que es peor, si mueren en combate les conceden la nacionalidad póstuma, pero sus familias pierden ese derecho.

Esa injusticia consume a Aura Gamarra y a Carmen García. El hijo de Carmen, Keinar Sequeira, se alistó en los marines en 2001, cuatro años después de llegar de Nicaragua, pero su esposa sigue en Miami indocumentada. En previsión de lo impensable, Keinar escribió desde Irak una carta-testamento para el hijo que nació cuando él ya estaba en la guerra. "Hola, mi chocolón, sé que eres pequeño, pero quiero que te cuides, que la vida es muy dura y difícil, pero con paciencia se resuelve todo. Estudia para que te superes, ayuda a los demás, nunca digas no puedo, ni mientas sobre tu nacionalidad, eres hispanoamericano".

La cruzada de las Madres dolidas, pero no vencidas ha encontrado un importante aliado en el cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony, que esta semana ha escrito a Bush diciéndole: "Algo funciona terriblemente mal en nuestras leyes si hay que esperar a que alguien muera para darle la ciudadanía. Me parece que es lo menos que podemos hacer por los hombres y mujeres que luchan por este país".

Familiares de soldados estadounidenses de origen hispano.
Familiares de soldados estadounidenses de origen hispano.CARLOS FERNANDO MÉNDEZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_