El toque de lo auténtico
La firma de Valverde se ha especializado en grandes encargos
Los artículos fabricados en la Cooperativa Muebles Valverde (Valverde del Camino, Huelva) tienen el toque de lo auténtico, el gusto de lo hecho en casa y el acabado de una consolidada tradición de dos generaciones de manos artesanas. Muebles hechos con cariño. Entre 1958 y 2003, el sistema de fabricación ha cambiado sustancialmente. El proceso de producción se ha mecanizado (en principio la tracción de las máquinas la realizaban unos mulos), pero las manos siguen siendo las mismas.
El cuidado y delicadeza de estos artesanos del mueble ha permanecido inalterable. Y con el tiempo ese sello de calidad que impregna lo artesano se ha convertido en una estrategia de mercado para competir con las grandes empresas de producción en serie y a gran escala. "Nuestro eslogan es Manos Artesanas. A pesar de todas las máquinas que hemos incorporado al proceso de producción de nuestra empresa son nuestras manos, en definitiva, las que hacen el trabajo", afirma el gerente de la cooperativa, Juan Cejudo.
La nueva sede abarca un área de 3.600 metros cuadrados, casi la mitad para exposición
La cooperativa está integrada por 36 socios. "No sólo es la más veterana, sino que es la primera en el pueblo", señaló Cejudo. Antes de constituirse esta cooperativa existía una fábrica que copaba la producción de todos los pequeños talleres artesanos dedicados al mueble. El sector funciona en la localidad desde hace más de 150 años. Valverde es un pueblo fabril, además de agrícola y ganadero, y los recursos que sustentan esa industria son el calzado y el mueble. "Pero aquella fábrica pionera entró en crisis y cerró dejando sin empleo a 120 trabajadores. Posteriormente esos empleados decidieron constituir su propia empresa. Así nació Muebles Valverde. En principio se llamó Cooperativa Artesana de Producción Mueble de Valverde", explica el ahora gerente.
A partir de ese momento, la empresa empezó a evolucionar, a ganar cuota de mercado, a trabajar por encargo y a recibir pedidos desde fuera de la provincia de Huelva. El nombre de Muebles Valverde corrió de boca en boca y se convirtió poco a poco en una marca de calidad, reclamada.
Cejudo sostiene que su fábrica no depende de industrias auxiliares: "Nosotros lo producimos todo. Nos ocupamos de comprar la materia prima o de realizar el último retoque de cada mueble". La cooperativa adquiere la madera fuera de España porque la nacional no se adapta a las exigencias de fabricación de esta empresa. "Compramos mucho pino de Chile, de Yugoslavia, de Francia o de Rumanía. Los artesanos cuidan en especial el acabado de cada mueble. Hemos incorporado recientemente una línea de barniz totalmente nueva. El acabado y el diseño es una de las aspectos que más evolucionan".
Los empleados pueden producir cualquier artículo en un sólo día, ya sea una mesa, un escritorio o una vitrina. El volumen de producción en un año ronda los 100 dormitorios y los 200 comedores. A eso hay que añadir los muebles por encargo. "Hacemos tantos pedidos por encargo que finalmente perdemos la cuenta", afirma. Ese ritmo de trabajo se incrementa cuando hay pedidos específicos: "Cuando te solicitan 400 habitaciones que tienen que estar listas en dos meses, por ejemplo, hay que ponerse las pilas".
Cejudo recuerda dos encargos faraónicos: "Hace unos 13 años hicimos nuestra primera exportación. Fue a Libia. Nos pidieron 3.000 dormitorios". Aquellos ingresos fueron celebrados con cava. "Cada dormitorio supuso unas 100.000 pesetas de las de entonces", matiza Cejudo. El otro gran trabajo fue ante la Expo 92, en Sevilla: "Montamos 1.249 viviendas completas".
Además, esta empresa ha renovado el mobiliario de hoteles de varios lugares de España: El Saller de Valencia, El Cenajo, ubicado entre Albacete y Murcia y El Parador de Viella, en Lleida. Su último trabajo en hoteles ha consistido en la fabricación de parte del mobiliario del Hotel Barceló, de Punta Umbría (Huelva).
El pasado uno de abril la cooperativa estrenó nuevas instalaciones, uno de sus principales objetivos. "Hace cuatro o cinco años nos planteamos cambiar la ubicación de la fábrica porque se había quedado obsoleta. Decidimos trasladar las instalaciones fuera de Valverde e incorporar toda la maquinaria de última tecnología existente", explica Cejudo.
La nueva sede se encuentra en la periferia de la localidad y se ha montado sobre una extensión de 3.600 metros cuadrados. De ellos, 1.600 están reservados para exposición, venta y comercialización. La sede incluye un departamento destinado a fabricación para grandes superficies, como hoteles, y un departamento de diseño, integrado por un delineante, un director de venta, un representante de la dirección y un jefe de obra. "El técnico de venta tiene la función de captar lo que se demanda en el mercado. Lo estudiamos en profundidad. El objetivo consiste en hacerlo diferente pero a su vez que guste a la mayor parte de los posibles compradores", concluye Cejudo.
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