El Gobierno prorruso de Chechenia reconoce que cada mes son asesinados cien civiles
El informe confirma por primera vez la existencia de fosas comunes en 50 localidades
La Administración impuesta por Moscú en Chechenia ha realizado un informe sobre los abusos y crímenes cometidos por las fuerzas federales en la pequeña república norcaucásica y lo ha hecho llegar al presidente ruso, Vladímir Putin. El documento preparado por el régimen que encabeza el ex mufti Ajmad Kadírov, principal candidato a las elecciones presidenciales previstas para finales de año, confirma las denuncias sobre la arbitrariedad y los crímenes de los militares que hacen periódicamente las organizaciones de derechos humanos Memorial o Human Rights Watch.
La novedad es que este informe proviene de las autoridades prorrusas, que incluso dan unas estadísticas aún más espeluznantes que las de Memorial o Human Rights Watch. El año pasado, según el informe que consiguió el diario francés Le Monde, murieron 1.314 civiles en ejecuciones sumarias y como resultado de las torturas, es decir, más de cien mensuales en promedio. Esta cifra es el doble de las estimaciones dadas por Memorial, que lleva una crónica de todas las muertes denunciadas en Chechenia y de las fosas comunes que se van descubriendo. Claro que el cómputo que lleva Memorial no cubre todo el territorio de la República.
El documento también confirma la existencia de las fosas comunes, cosa que nunca antes se había reconocido oficialmente. El Ministerio de Situaciones de Emergencia checheno da una lista de medio centenar de localidades donde se han descubierto sepulturas con cadáveres de personas asesinadas y con huellas de tortura. La más grande fue encontrada en el cementerio central de Grozni, la capital chechena, con 260 cuerpos; frente a la base militar de Jankalá -la principal instalación rusa en la República- hallaron otra con 43; en otros dos suburbios de Grozni exhumaron 39 cadáveres, y así sucesivamente hasta completar un total de 2.879 cuerpos.
En el capítulo correspondiente a las muertes violentas (en algunos casos sólo se encuentran partes del cuerpo, ya que los militares a veces hacen explotar con granadas a las personas torturadas), se da el nombre de las víctimas, el lugar del incidente y el número del carro blindado ruso -prueba de la culpabilidad de los militares- presente en la operación durante la cual la persona fue asesinada o arrestada (el cadáver de la víctima aparece generalmente poco después tirada a la orilla de un camino). En los tres primeros meses de este año se registraron, según el documento, 70 asesinatos, 126 secuestros, 19 desapariciones, 25 casos en los que se descubrieron fragmentos humanos y dos violaciones.
El informe fue realizado aparentemente para convencer al Kremlin de que es necesario poner coto al inmenso poder que tiene el Ejército en Chechenia, ya que sus abusos se ven como un obstáculo para la normalización de la situación, especialmente cuando se está entrando en un periodo electoral.
Este año hay previstas elecciones de presidente en Chechenia y parlamentarias en toda Rusia. Muchos observadores creen que hay que aprovechar el clima de esperanza en una normalización de la vida socioeconómica y política surgida en Chechenia después del referéndum en el que se aprobó una nueva Constitución de la República norcaucásica, especie de estatuto de autonomía. A pesar de que esa votación no se realizó de acuerdo a los estándares europeos, es indudable que muchos chechenos acudieron a las urnas esperando que la legitimación de las actuales autoridades de la República permitirá disminuir la presencia del Ejército -actualmente hay cerca de 80.000 soldados en Chechenia- y terminar con la impunidad y el ilimitado poder del que gozan los militares.
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