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PREMIOS ORTEGA Y GASSET DE PERIODISMO

Los reporteros acogen el premio entre la alegría y la tristeza

Los informadores dedican el Ortega y Gasset a José Couso y Julio A. Parrado

Los periodistas españoles en la guerra de Irak, que ayer recibieron la noticia de la concesión del Premio Ortega y Gasset de Periodismo por su labor informativa durante el conflicto bélico, acogieron el galardón con una mezcla de alegría y pena. A la satisfacción por el reconocimiento de su trabajo se unió el pesar por los enviados especiales de Tele 5 y El Mundo, José Couso y Julio Anguita Parrado, que fallecieron esta semana en Bagdad.

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La ausencia de José Couso y Julio Anguita Parrado fue la primera imagen que saltó a la mente de los informadores españoles destacados en Bagdad, donde se concentra el núcleo de periodistas que cubre la guerra, al ser entrevistados ayer por los enviados especiales de EL PAÍS, Ángeles Espinosa y Francisco Peregil. "Se lo dedicamos a José y a Julio", dijo Carlos Hernández, de Antena 3, ante el asentimiento de todos los demás. Coincidieron en subrayar que lo verdaderamente premiados eran ellos. Para Alberto Masegosa, de la agencia Efe, el premio es "un acto de generosidad aún más valioso por ser compartido".

Justo unos minutos antes de enterarse del galardón, los reporteros acababan de redactar un comunicado denunciando que "la muerte de Couso fue un asesinato que viola todas las convenciones internacionales". "Exigimos que sea investigada y anunciamos que presentaremos acciones legales", asegura el texto que iban a difundir tras ser firmado todos los compañeros.

Antonio Baquero, de El Periódico de Catalunya, y Jesús Quiñonero, de Antena 3, agradecieron el premio "sobre todo por los que no están y por sus familias". Baquero agregó: "Demuestra que para hacer un trabajo honesto, el camino es muy simple: estar con las víctimas".

Los reporteros subrayaron las dificultades técnicas e informativas a las que se han enfrentado para cubrir la guerra de Irak y su resistencia frente a los intentos de acallar a la prensa por parte de las autoridades militares.

Para Javier Mellado, de Antena 3, el galardón es un reconocimiento "al coraje y al valor de habernos quedado aquí a pesar de las presiones. Hemos pagado un precio muy alto, pero estamos orgullosos por ello". Mónica G. Prieto, de El Mundo, lamentó sentidamente que Julio Anguita Parrado "no pueda estar presente porque era su primera guerra, su sueño cumplido, y a pesar de su falta de experiencia demostró que un periodista joven puede cumplir con creces el trabajo. Lamentó también la muerte de Couso. "El premio sirve para reconocer que una nueva generación de periodistas sin afán de gloria ni de fama puede tomar el relevo y ser los ojos de millones de personas", dijo.

Relatar y denunciar

Olga Rodríguez, enviada especial de la SER, dijo que el premio reconoce que la presencia de los periodistas en las guerras "no sólo sirve para relatar y denunciar, sino también de salvaguardia frente a las atrocidades de uno y otro bando". Alberto Sotillo, del diario Abc, añadió: "Hemos hecho todo lo posible para que esta vez no se haga realidad ese viejo precepto de que la primera víctima de la guerra es la verdad".

Josemi Azpiroz, de la Cope, dijo: "Hemos dado una lección de periodismo a otros países que sólo levantan la bandera de la propaganda y la intoxicación. De este premio debería tomar nota el Gobierno español. Que sepa que hay una clase periodística madura". Joseba Iriondo, de ETB, afirmó que la prensa ha sido "especialmente sensible con las víctimas civiles, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras guerras. Y eso ha ayudado a crear una sensibilidad en nuestro país".

La corresponsal de Televisión Española Ángela Rodicio aseguró que los periodistas han dado "una lección de independencia y de rigor, en contra de las indicaciones del Pentágono y del Gobierno español. "Primero dijo el Pentágono: 'hay que irse'. Y nos quedamos. Después lo dijo el Gobierno, y nos seguimos quedando". María Antonia Sánchez-Vallejo, de El Semanal y la agencia Colpisa, explicó que los periodistas "pudimos haber sido víctimas del fuego amigo, informativamente hablando, o de la desinformación tendenciosa por parte iraquí. Pero hemos resistido. Desgraciadamente, dos compañeros han sido víctimas reales, que no informativas, de esta guerra".

Vicente Montagut, de la televisión valenciana Canal 9 dijo que "por una vez los periodistas españoles hemos sido más en número que los de otras nacionalidades y la cobertura ha sido mejor. No nos hemos creído todo lo que nos contaban ni los del Pentágono ni los iraquíes".

Antonio Vaquero, de El Periódico de Catalunya explicó que "este no es un premio simbólico. Es real. Aquí ha habido periodistas españoles que sufrieron muchas presiones para irse y se han quedado contra la voluntad del Gobierno. La pena es que nos faltan los dos verdaderamente premiados. Pero la prensa española ha dado un salto tremendo. Y no hay que olvidar a los españoles que han estado enviando imágenes a todos los países del mundo".

La corresponsal de la cadena catalana TV-3, Esteve Soler, expresó su ilusión. "Cuando esté fuera de aquí todavía me va a hacer más" . José Ramón Plaza, cámara de ETB, dijo emocionado: "Ya somos tres los premios Ortega y Gasset en Gernika, mi pueblo: Manu Leguineche, Gorka Lejarcegi y yo".

Fran Sevilla, de RNE, dijo: "Me gusta pensar que es un premio no sólo a una cobertura sino a un compañerismo que ha primado entre nosotros. En circunstancias como las que hemos vivido es cuando se demuestra la calidad humana de la gente que nos dedicamos a este oficio". Tomás Alcoberro, de La Vanguardia, aseguró que "el trabajo hecho con vocación y competencia en una guerra tan cruel como ésta ha sido más difícil porque ha tenido que vencer muchos obstáculos".

Para Ángeles Espinosa, que ha cumplido ya dos meses en la zona del conflicto como enviada especial de EL PAÍS, éste es su segundo Ortega y Gasset. El año pasado obtuvo el premio en el apartado de mejor reportaje por la cobertura de la guerra de Afganistán. "Éste me hace más ilusión porque lo comparto con algunos de los compañeros que a lo largo de estos años en los que hemos vivido situaciones difíciles hemos alcanzado una gran amistad". Francisco Peregil, resumió el sentimiento de sus colegas: "Ya era hora de dar una buena noticia. Pocas veces he disfrutado tanto como esta tarde entrevistando a los compañeros".

Un iraquí es interrogado durante la ofensiva en las afueras de Basora.
Un iraquí es interrogado durante la ofensiva en las afueras de Basora.REUTERS

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