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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Versos de celuloide

Pedro Salinas, uno de cuyos versos da título a este libro, escribió que el signo del siglo XX es el de la lírica; Perogrullo podría haberle contradicho diciendo que es el del cine, que nació en las ficciones de Méliès casi cuando el siglo, y al acabar éste había anegado las demás artes. El volumen de José María Conget está fundado sobre ambas pasiones, pues recoge una selección de poemas españoles en castellano que abarcan toda la pasada centuria y tienen como tema el universo del cine. Cualquier antólogo requiere de una coraza protectora contra críticos que lo hubieran hecho mejor y descontentadizos autores no incluidos. Tal vez por eso, Conget se ha puesto a resguardo de las pedradas que nadie, espero, le lanzará, al afirmar en su 'Introducción (A manera de No Do)' que se ampara "en la coartada de que las aspiraciones de este libro son lúdicas y no científicas". Entiéndase la afirmación como una irónica captatio benevolentiæ.

VIENTO DE CINE. El cine en la poesía española de expresión castellana (1900-1999)

Edición de José María Conget

Hiperión. Madrid, 2003

520 páginas. 18 euros

Si bien muchos temen dimitir del criterio propio cuando utilizan una antología como ésta, en la selva de la poesía mandan las evidencias: la única forma de no perderse en la espesura de publicaciones que surgen a diario es ponernos en manos de un antólogo, asumiendo que alguna vez comeremos gato por liebre. En esta compilación cualquier lector informado podrá echar de menos algunos nombres y de más a otros, pero también encontrará poemas memorables de cuya existencia ni siquiera sospechaba. Al cabo, y aunque toda antología es opinable, la mesura y amplio criterio con que ésta se ha preparado la alejan del subgénero de las antojolías.

La relación de poetas convocados no es homogénea. La representación del simbolismo y possimbolismo -Villaespesa, Manuel Machado- es testimonial, y más amplia la del vanguardismo, bien personificado por los más cinéfilos del 27, agrupados al arrimo de Góngora y al calor del cine al que, en 1927, dio voz Alan Grosland en El cantor de jazz. A ellos pertenecen algunos poemas canónicos, como el de Alberti de Cal y canto ("Yo nací -¡respetadme!- con el cine", verso que remeda aquí Aquilino Duque, y fuera de esta selección Gil de Biedma). La nómina de la primera posguerra es muy escuálida, y sólo en el medio siglo se robustece, hasta dar en la abundancia a partir de 1965 con cinéfilos tan reputados como Gimferrer, Martínez Sarrión o José María Álvarez. Por entonces, tal como explicó Castellet en sus Nueve novísimos de 1970, el humanismo literario deja de ser la única o principal fuente formativa de los poetas, complementada por la cultura del cinematógrafo como sistema preponderante de generación de mitos.

La disposición del libro se atiene al orden cronológico de escritura o publicación de cada composición. Este criterio hace prevalecer la secuencia de los poemas sobre la de los poetas. El final lo ocupan las notas aclaratorias y las valoraciones no de las circunstancias poéticas sino de las cinematográficas. No sé si el propósito inicial fue, como dice el antólogo, aportar una información "sucinta, objetiva y suficiente" para lectores quizá imperitos en el séptimo arte. En cualquier caso, el apartado de las notas trasciende la intención expresada, y podría leerse como un libro exento que revela pasión y conocimiento. En ellas se da noticia sobre películas y directores, actores y actrices, ambientes y secuencias fílmicas. Todo con opiniones inteligentes, amenas y hasta gozosamente arbitrarias que si algunas veces sorprenden, siempre invitan al diálogo con su autor. Más que mera literatura instrumental o didáctica.

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