Mi mapa del mundo
Escribió Oscar Wilde que "un mapamundi que no incluye Utopía no vale la pena mirarlo siquiera". El urbanismo moderno debió de tomar su frase al pie de la letra. Persiguió un nirvana con el que neutralizar la conciencia crítica y produjo la degeneración de dichas utopías, esas Disneylandias que ofrecían unos espacios supuestamente felices, armoniosos, apartados del mundo "real exterior". También Frank Lloyd Wright intentó una organización alternativa del espacio urbano que permitía grados mayores de independencia personal. Preocupado por los efectos de la depresión social de la década de los treinta e influido por la abundancia de territorio del Oeste y el Medio Oeste americano creó para Broadacre City una "ciudad ideal" cuyos aspectos negativos, vistos desde la perspectiva actual, parecen guardar cierto parecido corrupto con la actual expansión suburbana.
CARLOS GARAICOA
'Autoflagelación, Supervivencia, Insubordinación'
Sala Montcada Fundación "la Caixa"
Montcada, 14. Barcelona
Hasta el 25 de mayo
Puede que no sean pocos los que todavía creen que es posible luchar para recuperar la memoria colectiva y el sentimiento de pertenencia e identidad del individuo a través de la creación de lo que llamó Foucault "heterotopías". La obra del cubano Carlos Garaicoa fomenta la idea de que existe una simultaneidad de juegos espaciales transgresores que explotan la "alteridad". Autoflagelación, Supervivencia, Insubordinación propone el ideal de una ciudad que rompe con la homogeneidad del espacio al que el ser humano se ha visto obligado a adherirse, a través de la creación de setenta maquetas de algunos edificios reales de La Habana -planificados por arquitectos y que nunca fueron concluidos- y de edificios y construcciones inventados y proyectados por el artista. El germen de esta obra pudo verse en la pasada edición de la Documenta, pero en esta ocasión, Garaicoa completa su proyecto quimérico con una magnífica instalación compuesta por maquetas de oficinas, rascacielos, casas con lucernarios y patios colocados sobre peanas y proyectadas a su vez con hilos de colores sobre la pared. Otras fotografías muestran el estado actual de edificios de La Habana que empezaron a construir las microbrigadas sociales pero que quedaron inconclusos. Además, tres maquetas hechas con cuchillas de afeitar, pan y explosivos de fabricación casera materializan el esfuerzo del artista en perpetua rebeldía; y en ese pensamiento visionario la lucha imaginativa se presenta fundamental para construir nuevos "espacios de diferencia". Talento, sensibilidad y dignidad. Por fin.
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