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La patronal de autobuses acusa al Gobierno de pasividad y amenaza con un cierre

Atacados otros tres autocares en territorio alavés cuando circulaban por la A-68

La patronal y los sindicatos confirmaron ayer que no tienen intención de volver a reunirse para resolver la huelga de autobuses privados de Vizcaya, que ha entrado en su cuarta semana. La intervención del Gobierno no ha servido para acercar posturas y los empresarios le acusan ahora incluso de "lavarse las manos". "Si no quiere hacer el arbitraje por razones ambiguas y se ofrece a mediar, debe ser una mediación activa", señalan. La patronal asegura que sus daños superan ya el medio millón de euros y amenazan con un "cierre patronal" si el conflicto continúa.

El paro indefinido del transporte de autobuses en Vizcaya -que afecta totalmente al escolar, universitario, de trabajadores y excursiones, mientras que en las líneas regulares a otras capitales hay un 20% de servicios mínimos- llegará hasta Semana Santa y, salvo sorpresas, se prolongará aún más.

Tras la única negociación entre ambas partes, el lunes pasado, no ha habido nuevos movimientos. El periodo de reflexión acordado expiró ayer y la patronal, tras una reunión interna, constató que las posiciones "son discrepantes" y auguró que la huelga se prolongará.

"No tenemos ninguna idea de volver a negociar. No tenemos más que ofrecer que nuestra última propuesta", dijo su portavoz, Jesús Orbea. Los empresarios están muy dolidos con la postura del Departamento de Empleo, que convocó la cita del lunes. "En vez de decir a los sindicatos que fueran más cuerdos con sus peticiones, se lavó las manos", añadió. Empleo se limitó a convocar la reunión y escuchar a ambas partes.

La patronal ha reiterado que la única manera de solventar el conflicto es un arbitraje obligatorio, que correspondería a la consejería, pero ésta aseguró el lunes que no va a intervenir de ninguna manera. "Si el Gobierno no quiere hacer un arbitraje por unas razones ambiguas y se ofrece a mediar, debe ser una mediación activa. Tiene que decir si una postura es irreal o no. Un mediador se tiene que mojar", agregó Orbea.

Vistos los resultados, la patronal considera que "es el Gobierno el que tiene que llamar a negociar". En un comunicado, señaló que una intervención mediadora, "pero sin vinculación, ofrecimiento de soluciones reales" ni un compromiso "no dejar de ser una posición de falsa equidistancia", lo que "poco apoya el fin del conflicto". La patronal extiende sus críticas a los departamentos de Transportes, "íntimamente involucrado en el conflicto y del cual no se ha obtenido ni un solo comentarios", e Interior, cuya actitud sobre las agresiones a los autobuses "no es entendible".

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"Imposible de asumir"

En su nota, los empresarios explicitan el contenido de sus propuestas de negociación, que suponen un incremento salarial del 15% para el conjunto de los próximos tres años de duración del convenio colectivo que defienden. Frente a ello, los sindicatos, según el análisis patronal, siguen mantenido un incremento salarial de un 27% para dos años de convenio. "El verdadero centro del conflicto es un reivindicación económica imposible de asumir por las empresas del sector", añaden.

Los sindicatos también confirmaron que no solicitarán un nuevo encuentro porque la patronal "es la que tiene que mover ficha" tras su última oferta. "Ellos se levantaron y estamos a la espera", indicó el portavoz de UGT, Pedro Angulo. Insistió en que las centrales están dispuestas a seguir negociando.

La patronal dice que el paro se ha recrudecido desde el lunes, con más roturas de lunas y "amenazas de quemar autobuses". Los daños en los 24 días de paro superan ya "con creces" el medio millón de euros. Los patronos advierten de que si el conflicto sigue así será imposible mantener los servicios mínimos "y no quedará otro remedio que iniciar un cierre patronal".

Los empresarios cifran en más de 200 las roturas de lunas de autobuses. Un rodamiento de acero hizo ayer añicos dos dobles lunas de un autobús de la empresa Continental en la A-68, en el peaje de Llodio. "Pasó por el cristal lateral del conductor y salió por la otra parte", según Orbea. A ello se añadieron cinco lunas rotas de dos autobuses de La Unión también en esa autopista, a unos diez kilómetros de Vitoria.

La patronal han constatado que las agresiones más frecuentes se concentran en cuatro lugares (el peaje de Llodio, Arrigorriaga, cerca de la estación Termibus en Bilbao y en la A-68 entre Altube y Subijana), por lo que envió ayer una carta al Departamento de Interior para que establezca una vigilancia especial en estas zonas.

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