París acepta el derecho de EE UU a ocupar Irak en la primera fase
Francia y Reino Unido liman sus diferencias sobre el conflicto de Irak
Francia intentó impedir la guerra, pero la dinámica de los hechos consumados es imparable. El ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, reconoció ayer a las fuerzas de la coalición su derecho a ocupar Irak -él prefirió hablar de "su responsabilidad"- durante la "primera fase" de la posguerra. Así lo manifestó De Villepin tras recibir en París a Jack Straw, ministro de Exteriores del Reino Unido, país cuyas iniciativas el Gobierno francés rechazó sistemáticamente antes del estallido de la guerra.
A Straw, que rechazó el concepto de "conquista", le parece necesario que las tropas de la coalición se queden en Irak mientras se instala un Gobierno democrático, objetivo que reconoció no podrá conseguirse de un día para otro. Y De Villepin aceptó "la responsabilidad primera" de tales fuerzas en la seguridad de ese país.
Una vez terminada la guerra, "entraremos en una fase en la que será preciso asegurar la unidad y la integridad de Irak y que el conjunto del territorio vuelva a ser seguro", explicó el ministro francés, quien añadió: "Las fuerzas presentes sobre el terreno tienen la responsabilidad primera en esta fase, evidentemente", sin precisar cuánto tiempo o en qué condiciones considera aceptable la ocupación.
De Villepin y Straw mostraron signos de reconciliación entre los Gobiernos respectivos y de pasar la página de sus enfrentamientos en la UE y en el Consejo de Seguridad. El francés repitió varias veces lo contento que estaba de tener junto a él al colega británico, quien asentía a su lado con sonrisa beatífica, mientras los dos se mostraban casi de acuerdo sobre el papel que ha de jugar Naciones Unidas.
Muy pragmático, Straw eludió meterse en veredas cuando le preguntaron qué diferencia hay entre el papel "vital" de la ONU, del que hablaron Bush y Blair, y el papel "central" de Naciones Unidas, expresión empleada por Chirac. "Creo que son más o menos lo mismo", contestó el ministro británico. Tanto él como De Villepin se mostraron por completo unidos a la hora de "movilizar a la comunidad internacional contra el riesgo humanitario".
Y en la estela de resaltar todo lo posible los valores del otro, el jefe de la diplomacia británica saludó también "el papel constructivo de Francia" en el proceso de paz israelo-palestino, y en concreto respecto al intento de crear un Estado palestino de aquí a 2005.
Al margen de la retórica derrochada para restañar las heridas mutuas, los dirigentes de Francia son conscientes de que el diseño de una Europa militarmente más fuerte es imposible sin el Reino Unido. Al hilo de la cumbre francobritánica del pasado 4 de febrero, una empresa francesa obtuvo un tercio del presupuesto de construcción de dos nuevos portaaviones británicos, decisión saludada en su día como un paso para facilitar la colaboración de Londres en la fabricación del nuevo portaaviones del que Francia pretende dotarse. Tres barcos de este porte compartidos por los dos países, más toda la industria auxiliar que arrastran, constituye un interés común de primer orden.
En cuanto a la iniciativa belga de organizar una "minicumbre europea" sobre defensa el próximo día 29, de momento aceptada sólo por Francia y Alemania, De Villepin presionó a Straw para que su país se implique también, evocando la necesidad del eje francobritánico para hacer creíble la "Europa de la defensa".
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