Joven romanticismo con humor

Cuando Fernando Trueba, entonces crítico cinematográfico de EL PAÍS, le enseñó el guión de Ópera prima a Fernando Colomo (Tigres de papel, ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?) a éste le pareció tan "cachondo y divertido" que no dudó en arriesgarse a producirlo, a condición de que fuera un rodaje barato. No hubo problemas en ese sentido. Al escribir el guión con Óscar Ladoire, Trueba se había esmerado en hacerlo "tan barato y tan sencillo que fuera casi imposible que no se pudiera rodar", renunciando a todo tipo de lujos, aunque no al objetivo final. Ladoire le comentó con sorna a una periodista: "La ambientación, por ejemplo, está planteada con mucho rigor: no hay nada que sea de 1979, todo es de 1978".

"Fernando Trueba habla de lo que ve, con ternura, con sarcasmo, sin solemnidad"

Eran jóvenes y con ganas. Colomo, el mayor, tenía 33 años; Trueba, 24; uno más que él los actores Óscar Ladoire y Antonio Resines, mientras que la protagonista, Paula Molina, cumplió 18 durante el rodaje, a pesar de lo cual, según recuerda ahora Trueba, "parecía que todos teníamos 15 años". Eran amigos desde la madrileña Facultad de Ciencias de la Información, dispuestos a "descojonarnos de todo lo que pudiéramos", como Resines le contó a Beatrice Sartori. No por ello, en su opinión, la película deja de transmitir "cierto desencanto ideológico de un grupo de gente que ya andábamos muy rebotados de historias políticas".

"Ópera prima es una película sobre un charlatán (Matías = Óscar Ladoire) obsesionado a lo Woody Allen por el amor, el sexo y la cultura...", según comentó Tomás R. Cidón en Reseña: "Es un pasota con entresijos de intelectual, reacio a integrarse en la sociedad de consumo y sin decidirse por ninguna otra alternativa". El crítico, que consideró que la película era "cine para ser escuchado", no imaginaba que Ópera prima iba a convertirse en el mayor éxito comercial del cine español de 1980. Recuerda Trueba que "se estrenó como relleno en un cine que debía cubrir ciertos días de cuota del cine español ... pero ocurrió el milagro: se mantuvo en cartel durante año y medio".

Manolo Marinero escribió en Diario 16: "Ópera prima es la comedia de esta temporada. Una de las películas más divertidas que se pueda encontrar en la cartelera. Supone para todos los debutantes un debut de buten. Pertenece al tipo de película simpática contagiosa. Pero, si ésta es su dimensión primaria, hay otra sentimental y sentida, más respetable: casi un manifiesto personal del director como exigencia de autenticidad del alrededor y de sus necesidades respecto a la mujer idealizada". En este periódico, Jesús Fernández Santos aseguró: "En esta hora vacilante del cine español, esta Ópera prima vale por todo un curso completo de otras tantas segundas y terceras obras, porque encierra la breve historia de un personaje a medias entre un hoy que termina y un mañana que empieza". Por su parte, Carlos Boyero, en La Guía del Ocio, opinó que "Fernando Trueba habla de lo que ve, con ternura, con sarcasmo, con frescura, sin solemnidad, sin buscar salidas definitivas, sin pedir nada, con inteligencia. Ópera prima, comedia, pedazo de vida, pureza en movimiento, salto al ruedo sin caparazones que espanten el peligro, cuenta varios días en la vida de Matías...".

Este Matías, romántico, pasota separado y padre de un hijo, se enamora de su joven prima a la que encuentra en la plaza de la Ópera, "una chica preciosa, preciosa, preciosa", y a ese "amor desmadejado, reticente, dubitativo y casi siempre falto de madurez, pero amor al fin, tan romántico y tan apasionado como el que más", en opinión de Ramiro Cristóbal en Triunfo, "se agarrará desesperadamente Matías como a su única tabla de salvación". "Ésta es una historia de amor en la que nunca se dice te quiero", definió Trueba: "Es una película romántica disfrazada de humor". Pasados ya 23 años, el director valora en su película "la ingenuidad, la frescura, el sentido del humor y la vitalidad de haberla hecho siendo tan jóvenes", coincidiendo en ello con Resines: "Sigue siendo una película muy curiosa, porque está como impregnada de algo atrevido surgido desde la inconsciencia, porque pensábamos que si a nosotros nos gustaba, al resto de la humanidad le tendría que gustar mucho, y a los que no, pues que eran unos soplapollas. Creo que es nuestro entusiasmo lo que sigue transmitiendo".

No todo fueron elogios. En New York Post, por ejemplo, se dijo que "las idas y venidas de tan constantes elucubraciones sobre asuntos tan diversos como el vegetarianismo, las drogas, los viajes, Machu Picchu, Woodstock, los hippies y el amor... le dejan a uno con la impresión de que el protagonista es un joven enamorado de su propia voz". El crítico, Archer Winsten, aseguraba que Ópera prima prometía "un futuro mejor para Trueba, Ladoire y miss Molina... cuando abandonaran 'las chorradas de juventud".