Culpables, culpables, culpables
Indignación en la bancada "popular" (qué sarcasmo) cuando el catalán les hizo responsables de las matanzas de civiles en Irak. Hubo otra acusación: una página de Internet les llamaba "asesinos" y se han querellado. No se sienten culpables: nadie lo es, sino Sadam. Es el leitmotiv de la operación, y siguen diciendo que no ha querido desarmarse: le hicieron destruir sus buenos proyectiles antes de atacarle. Violaba nuestra seguridad con las armas químicas y bacteriológicas: ya se ve que no las tiene. Aun los marines que han encontrado máscaras para defenderse de los gases dicen que ésa es una prueba de que los tienen. Y terroristas: no los hay. Eso sí, es un dictador. Estamos liberando su pueblo: nada mejor que hacerle pasar a mejor vida. Los que nos informan utilizan un lenguaje claro; oigo en la CNN que hay progresos aliados contra los soldados del régimen de Sadam. Diría yo, entonces, que los soldados del régimen de Bush o que los aviones del trío Aznar, Bush, Blair han bombardeado la población civil de Bagdad. Y cualquier tipo sin conciencia podría insistir en que los diputados del PP son asesinos de esa población, lo que sería un exceso. Una cosa es Aznar poniendo los pies en la mesa y masticando el puro ante Bush y otra es una niña despanzurrada. Ni siquiera Bush es culpable, ni el cuarteto de Washington, sino quienes les mandan y quienes trabajaron para reponer a la dinastía Bush en la Casa Blanca. Pero ¿no serán culpables los votantes? Mis manos no tienen sangre visible, pero ¿y si mi abstención hubiese ayudado a Aznar? Quizá, pero para eso Aznar tendría que tener llagas. Y abstenerse no es ser Pilatos: es no prestarse a ser marioneta, quedarse fuera. Sobre todo, de la cabalgata de los bárbaros de Occidente.
(Ah: leitmotiv es un tema musical repetido, una frase machacona: creo que fue con Wagner, el músico de Hitler, con quien se empezó a definir así. Estigmas: las llagas a semejanza de las que hicieron a Cristo los clavos de la cruz: sor Patrocinio, la "monja de las llagas", ayudó a gobernar a la reina Isabel mientras ésta pasaba su tiempo en un reservado de L'Hardy con el "general bonito" o el guardia de corps).
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