El Gobierno encarga a cinco petroleras la construcción de robots que sellen el 'Prestige'

"¿Cuándo podremos saber la solución que dará el Gobierno al buque hundido Prestige?", preguntó ayer en el Pleno del Congreso la diputada socialista Carmen Marón. "El viernes", contestó lacónico el vicepresidente primero, Mariano Rajoy. Y no dijo más, ni a la diputada socialista ni al diputado del BNG Carlos Aymerich, que le preguntó con más detalle después en una interpelación al Gobierno. En el sector petrolero cuentan con que el Ejecutivo les encargará la construcción de robots capaces de realizar trabajos pesados a esa profundidad y, a partir de ahí, intentar la extracción del fuel sin descartar el encoframiento. La máxima profundidad a la que se han hecho estos trabajos es a 2.500 metros. El Prestige está a 3.500.

Carlos Aymerich, del BNG, lo intentó en la interpelación y en la réplica: "¿Cómo lo van a hacer? ¿Por qué alternativa van a optar? ¿Cuánto va a costar? ¿De dónde van a sacar el dinero?". Rajoy replicó que todo eso lo aprobará el viernes el Consejo de Ministros. Antes, en su respuesta a la diputada socialista Marón, Rajoy recordó que tras recibir el informe del Comité Científico, el pasado 14 de abril, encargó a la petrolera Repsol "la realización de un estudio de viabilidad". Y añadió que "Repsol ya ha presentado al Gobierno un plan para la realización sobre el terreno del estudio de viabilidad de la solución del Prestige, así como la posterior ejecución de la medida o medidas que se estimen más adecuadas".

Fuentes que han tenido acceso a las propuestas contenidas en ese informe aseguran que Repsol -en colaboración con las petroleras Petrobras, BP, Statoil y TotalFina-Elf- ha sugerido al Ejecutivo que, como primer paso, apruebe la construcción de robots capaces de realizar trabajos de ingeniería pesada a tanta profundidad. La empresa con más experiencia en trabajos en aguas profundas es la brasileña Petrobras y ésta, en todo caso, tiene como récord en sus exploraciones a gran profundidad los 2.500 metros. Además, son trabajos de tecnología off-shore, es decir, de perforación y explotación de yacimientos petrolíferos submarinos, y en ningún caso pensados para la extracción de crudo de un petrolero hundido.

Estudio de viabilidad

Ya el Comité Científico, en su informe del pasado 14 de abril, destacaba que los trabajos de ingeniería para poner en marcha los robots capaces de trabajar a los 3.500 metros de profundidad a los que yace el Prestige llevaría, en principio, cinco o seis meses de trabajo. Ése es el primer encargo que recibirá el viernes Repsol y trasladará a sus empresas asociadas.

Y ése es, además, el encargo clave, pues el estudio de viabilidad propuesto por las petroleras al Gobierno sugiere que no se cierre la puerta a ninguna opción, es decir, que los trabajos encomendados a esos nuevos robots permitan tanto la extracción del fuel como el encoframiento del pecio del Prestige fraccionado y hundido frente a las costas de Galicia.

La extracción fue la solución recomendada por el Comité Científico, que le estimó un coste de 230 millones de euros. El confinamiento en cofres metálicos rígidos, según el mismo estudio, costaría unos 130 millones de euros. La solución, de entrada, no opta por una de esas alternativas sino que deja ambas abiertas hasta que se estudie la viabilidad de la extracción del fuel, después de ver cómo aguanta el casco la presión ejercida para sacarlo por bombeo en función de cuál sea en ese momento su fluidez. No hay que olvidar que el Gobierno esperaba que el fuel se solidificase.