El inspector alega que no supo de la aerografía hasta el 'síndrome Ardystil'
Luis Feced, jefe de la Inspección de Trabajo de Alicante, declaró ayer ante el tribunal que conoció la existencia de las fábricas de aerografía textil de L'Alcoià después de detectarse el síndrome laboral Ardystil -afección pulmonar por inhalación de productos químicos-. La enfermedad profesional causó la muerte de seis operarios y afectó a un centenar más de trabajadores, ninguno de ellos curado 11 años después.
El máximo responsable de la Inspección en los años en que ocurrieron los hechos, principios de los noventa, sí reconoció, no obstante, que el protocolo de su departamento priorizaba las acciones inspectoras de todas las nuevas aperturas de carácter industrial. En esas solicitudes de apertura los empresarios que pretendían poner en marcha las fábricas precisaban que se trataba de una actividad de estampado textil mediante el sistema de aerografía. Esta documentación, aparte de la Inspección, fue conocida por Industria y los ayutamientos en los que estaban establecidas las firmas. Feced admitió lagunas en el control de las medidas de seguridad y condiciones higiénicas de las naves, que imputó a la "escasa colaboración de los empresarios".
En la sesión de ayer de la vista oral, que se celebra en la sección tercera de la Audiencia de Alicante, también compareció el representante sindical de CC OO, Francisco Molina, quien resaltó las deficientes condiciones, tanto en el plano laboral como de seguridad, en las que trabajaban los empleados de las aerografías. Molina subrayó que en el caso de la firma Aerotex nunca pudieron formalizar las denuncias, "porque siempre que se planteaba alguna queja, automáticamente se despedía al delegado sindical".
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