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El hallazgo de células de la médula ósea en las placas de ateroma aporta nuevas pistas para tratar el infarto

Un componente clave de las obstrucciones en los vasos sanguíneos del corazón parece originarse en la médula ósea, y no en las paredes de los vasos, según los resultados publicados esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. "Este estudio establece un nuevo paradigma para las enfermedades coronarias y abre todo un conjunto de métodos para tratar las enfermedades cardiovasculares y para prevenir los infartos de miocardio", afirma Noel Caplice, el cardiólogo de la Clínica Mayo que dirigió el estudio.

Las placas que provocan el estrechamiento de las arterias (arteriosclerosis) se componen principalmente de grasas, como el colesterol, de células inflamatorias y de células de músculo liso. Hasta ahora, los científicos creían que la porción de grasa y de células inflamatorias procedía de la sangre, mientras que las células de músculo liso, de la pared del vaso. Este estudio apunta a una fuente distinta para las células de músculo liso: las células madre adultas de la médula ósea, que se convierten en células de músculo liso y se alojan en las zonas de formación de placa.

Para llegar a esta conclusión los investigadores estudiaron muestras de autopsia de 13 pacientes que habían sido sometidos a trasplantes de médula ósea, ocho de los cuales habían recibido médula de donantes del sexo contrario. Los pacientes que habían recibido médula ósea de donantes del otro sexo tenían una elevada proporción de células del sexo opuesto en las placas de ateroma, mientras que los que habían recibido un trasplante del mismo sexo no tenían células de músculo liso del sexo opuesto.

"Este resultado es significativo, porque la supervivencia de estos pacientes después del transplante varió de 41 días a 41 meses", explica Caplice. La elevada concentración de células de médula ósea en tan poco tiempo (normalmente la formación de placas de ateroma se prolonga durante décadas) "indica que la médula ósea no es simplemente una fuente incidental de las células de músculo liso, sino que tal vez sea un mecanismo significativo en la formación de coágulos en las arterias", según el investigador.

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