Sol Meliá amplía la cadena en Brasil
Los resultados del grupo en América Latina en 2002 no atemperan su expansión en la región
Sol Meliá tuvo en 2002 un beneficio neto de 4,1 millones de euros, un 71% menos que en 2001, por la menor afluencia de estadounidenses a Latinoamérica y por la inestabilidad política y económica en esta región. La española, sin embargo, sigue apostando por este mercado y va a inaugurar este año 12 hoteles en Latinoamérica, ocho de ellos en Brasil, donde sus ingresos por gestión han caído un 30,6%
La décima cadena hotelera mundial y primera de España y Latinoamérica comenzará a administrar en mayo un hotel lujoso y tradicional de São Paolo, el Mofarrej, gestionado hasta ahora por la norteamericana Sheraton. El vicepresidente regional del grupo, Rui Manuel Oliveira, justifica esta apuesta señalando que Brasil es uno de los mayores polos generadores de negocios del mundo. La animadversión de las multinacionales hacia el sindicalista Lula da Silva, convertido desde hace cuatro meses en un presidente moderado de la República, se ha esfumado.
En 1992, la empresa de la familia Escarrer (32%, frente al 7% de los antiguos dueños de Tryp y el 61% en Bolsa) arribó al gigante suramericano con la apertura de un hotel en Maceió. Al finalizar 2003 contará con 28 establecimientos, con las marcas Gran Meliá, Meliá, Sol y Tryp, distribuidos en siete ciudades. Además del Mofarrej comenzarán a operar este año otros cinco en la capital paulista, uno en Campinas (Estado de São Paolo) y otro en Brasilia. En 2004 abrirá uno más en São Paolo y otro en Angra dos Reis (Estado de Río de Janeiro).
Puerto Rico también recibirá este año nuevas inversiones de Sol Melía. En noviembre, la española estrenará en Playa Coco el primer "todo incluido" de este Estado asociado a EE UU. La inversión asciende a 70 millones de euros. Además abrirá otro hotel en Cuba. Este país y México fueron dos de los destinos que más sufrieron la reticencia de los turistas norteamericanos a volar, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sol Meliá lo sufrió en los resultados, ya que sólo pudo compensar la caída parcialmente con una mayor ocupación en sus hoteles de la República Dominicana.
La crisis política y económica de Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela perjudicó en 2002 la ocupación de los hoteles de Sol Meliá en esos países. La división América de la cadena, que reúne 76 hoteles (22% del total) y 21.506 habitaciones, terminó 2002 con una bajada del 15% en su ingreso medio por habitación. Por ejemplo, el Gran Meliá Caracas registró una caída del 32%. Latinoamérica, que antes proporcionaba un cuarto de los ingresos del grupo, pasó a representar el 15%.
El grupo que Preside Gabriel Escarrer ha tenido que afrontar una drástica reducción de costes: 31,7 millones de euros, de los que 14 se destinaron a aligerar plantilla. El 37% del ahorro se practicó en hoteles de Latinoamérica. La empresa, presente en 12 países de la región, cerró 24 establecimientos en el mundo, uno de ellos en Brasil y otro en República Dominicana, y vendió un solar en México.
UBS Warburg consideran la posibilidad de que Sol Meliá se vea obligada a vender más activos para reducir su deuda (2.698 millones de euros). El banco suizo señala, sin embargo, que el grupo está bien respaldado por el valor de sus activos (más de 3.000 millones).
El director de relaciones con los inversores de Sol Meliá, Jaime Puig, ha anunciado una nueva reducción de costes de hasta 40 millones de euros y una disminución de la deuda por generación de flujo de caja. UBS Warburg desconfía de este ajuste por la debilidad del sector turístico.
Peores calificaciones
La firma española descartó la venta de activos estratégicos. Sólo consideró desprenderse de ocho o nueve hoteles de menor importancia, aunque la incertidumbre de la economía mundial viene demorando la decisión. Las agencias Fitch y Standard & Poor's han considerado su calificación crediticia a BBB y BBB respectivamente, con perspectivas negativas ante la desaceleración del turismo en América y África, así como las dudas de la recuperación económica de Europa. Ahora se agrega la guerra en Irak.
Las operaciones latinoamericanas comenzaron a mejorar a fines de 2002, sobre todo gracias a que México y República Dominicana están captando más turismo europeo. Esta recuperación podría verse afectada por el conflicto entre EE UU e Irak, que puede desalentar aún más las vacaciones de norteamericanos en el exterior.
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