"La ciencia es el cuento de nunca acabar"
Pregunta. ¿Cómo llegó a asociar las obras de Eusebio Sempere con el silencio?
Respuesta. Estábamos trabajando los cristales fotónicos y un día le planteé al catedrático Jaime Llinares si podríamos aplicarlo al sonido. Yo había visto en una de las puertas de la Expo de Sevilla una especie de cilindros que podían producir este efecto, pero él me dijo que delante de su despacho había una escultura de Sempere que podía servir mejor. Y empezamos a trabajar, aunque no buscábamos nada en concreto contra el ruido.
P. ¿Conocía entonces la obra de Sempere?
R. Conocía algunas cosas, porque en Madrid había varias esculturas suyas, como la de la fundación Juan March, que al final es la que cogimos para el experimento. Pero yo no conocía con detalle su obra, ni sabía qué era el minimalismo. Y empezamos a buscar y a trabajar.
P. ¿Ese efecto se da en algunas esculturas de Sempere o en todas?
R. En casi todas, porque la distancia de los objetos es entre diez y veinte centímetros, y eso coincide con el espectro audible (que percibe el oído humano). No sé si había fundamento científico en las esculturas que él hacía o si por el contrario hay un fundamento artístico en nuestro trabajo científico.
P. ¿Y lo hay?
R. Bueno, lo que hacemos nosotros es bonito.
P. ¿Cómo absorbe el ruido?
R. No lo absorbe: ésa es la gran ventaja. Se trata de una interferencia destructiva. Es lo mismo que ocurre con la luz. Luz más luz puede dar oscuridad, porque es una interferencia destructiva de dos ondas. Una onda mata a la otra y se anula el efecto.
P. ¿Qué aplicaciones tiene?
R. No tantas como se ha puesto por ahí. Estamos tratando de estudiar ahora algún tipo de solución al ruido ambiental de las ciudades y su posible aplicación como ordenaciones o distribuciones de objetos como árboles o así. Pero la estructura como tal ahora no tiene aplicaciones porque es muy ancha. Tiene ciertas ventajas, porque frente a las paredes es, estéticamente, mejor, más agradable. Incluso estas pantallas acústicas pueden ser totalmente transparentes y servir como lentes.
P. ¿Cómo se explica que un descubrimiento referenciado en las publicaciones científicas de prestigio no disponga aún de aplicaciones prácticas?
R. Bueno eso puede ocurrir. También es cierto que no tuvimos demasiada financiación y no hemos podido meternos en mayores berenjenales. Pedimos un proyecto para posibles aplicaciones en ondas sísmicas y nos lo denegaron, y aquí sí que hubiera sido muy interesante.
P. Ha participado en algún congreso de física avanzada organizado por la OTAN. ¿Está con algún invento bélico?
R. Nooo. Es una práctica usual que la OTAN financie congresos de desarrollo del conocimiento. Y la razón es que puede haber aplicaciones militares, por ejemplo para hacer materiales que resulten invisibles al sónar.
P. En todo caso la ciencia ha hecho más por la paz que por la guerra. ¿O no?
R. Creo que sí. Pero la ciencia es la ciencia. No se inventa la pólvora para tirar un cohete o matar a nadie. Lo que nos mueve a los que trabajamos en ciencia es el conocimiento, los mecanismos... Después viene la aplicación, que es lo que actualmente más se valora.
P. ¿La ciencia tiene fin o es como una muñeca rusa, que dentro de una siempre hay otra?
R. Realmente, cuando más profundiza uno se da cuenta de que tiene más lagunas. En cierto modo, la ciencia, como se dice, "es el cuento de nunca acabar".
EN DOS TRAZOS
Francisco Meseguer (Alicante, 1948) ha realizado con Jaime Llinares un estudio para elaborar paneles contra el ruido a partir de la estructura de una escultura de Eusebio Sempere. Dejó las clases de Mecánica Cuántica en la Universidad Autónoma de Madrid para dedicarse a la investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas desde la Universidad Politécnica de Valencia. Ha realizado algunas patentes en cristales fotónicos y ha estudiado asimismo las propiedades electrónicas que contienen, lo que abre muchas expectativas en el campo de la comunicación óptica.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.