La imagen de Correos
Correos está gastando una cantidad importante de dinero en imagen para extender la idea de que es una empresa moderna capaz de responder a las exigencias actuales del mercado postal. El eje de esta campaña es la calidad en la distribución de correspondencia. Sin embargo, si miramos en el cuarto trastero de Correos, encontramos que enconden no pocas miserias.
El abajo firmante es cartero en el barrio bilbaíno de Zorroza. Normalmente me traslado (junto a otros cuatro compañeros) desde Bilbao al barrio de reparto en una furgoneta, que, al acabar la jornada, nos recoge de nuevo para volver a la sucursal de La Casilla. Dicha furgoneta se encuentra en un estado lamentable: es viejísima, está abollada y las ventanas y puertas cierran defectuosamente, lo que provoca frío y humedades, y en días de lluvia nos mojamos. Por si fuera poco, la puerta trasera no cierra bien y ha llegado a abrirse en algunas ocasiones y a caerse parte de la carga. Hemos denunciado esta situación ante la empresa y no nos han hecho ningún caso. Se limitan a decirnos que no tienen dinero para cambiar de vehículo o que la dirección de Madrid no les da permiso.
Pero un servidor ha dicho basta y me traslado a Zorroza en autobús. No es una solución, ya que se pierde mucho tiempo en el transporte y el reparto de correspondencia, inevitablemente, se retrasa. Pero las cabezas pensantes de la empresa no se dan por enterados y miran para otro lado. Correos habla de calidad en el reparto (otro tema vergonzoso son los continuos recargos y que no se cubren todas las vacantes o bajas por enfermedad, ¡toma calidad!), pero antes de gastarse tanto dinero en campañas de imagen debería invertir en medios que permitan realizar el trabajo con más dignidad.
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