Jesús Bonilla reúne un gran reparto de cómicos en su 'ópera prima' como director

Cuando me enteré de que Santiago Segura no había pasado en su momento las pruebas de acceso a la Escuela de Arte Dramático, me dije: 'Hay que crear una escuela para hacer de él una estrella con la ayuda de los mejores actores", decía entre risas ayer Jesús Bonilla. Y esa escuela era el rodaje de El oro de Moscú, la ópera prima de Bonilla como director, y los profesores, Concha Velasco, Alfredo Landa, José Luis López Vázquez y Antonio Resines. La cinta, que se rodó en junio de 2002 y que ha costado 2,7 millones de euros, se estrena hoy en 300 salas.

Bonilla ha querido con El oro de Moscú rendir homenaje a comedias como Atraco a las tres, El tigre de Chamberí o Los tramposos. "Las comedias protagonizadas por pobres que se ríen de sus desgracias y que intentan salir de su mala situación y se meten en situaciones descabelladas", afirmó el debutante. "La realidad es la misma que la de antes, aunque ahora los decorados de interiores son distintos. Pero todos sabemos que tampoco los decorados son reales", comentó.

El oro de Moscú cuenta cómo un enfermo (López Vazquez) le da antes de morir a un enfermero una pista que le llevará hasta el oro que el bando republicano no llegó a enviar a Rusia. Segura desvela el secreto a su amigo Papeles y juntos ponen rumbo al pueblo en el que esperan encontrar el tesoro. No son los únicos interesados en el botín y se unen a la causa, entre otros, Concha Velasco, Alfredo Landa, Antonio Resines y Alexis Valdés. Gabino Diego, Neus Asensi y María Barranco intervienen también en esta comedia coral en la que tienen breves apariciones Juan Luis Galiardo, Sancho Gracia, Jorge Sanz, Chiquito de la Calzada, El Gran Wyoming, Carlos Latre y Arévalo.

"A los actores nos pagan por esperar y antes, en esas horas muertas, veía cómo se solucionaban los problemas de los rodajes. Ahora, cuando he experimentado el oficio de dirigir, muchas veces no sabía por dónde salir. Contaba las horas para que terminara el rodaje. Pensaba a veces que no llegábamos al final", confesó el realizador. "Vamos, Bonilla, dirigir es sangre, sudor y lágrimas", bromeó Segura.

A medida que se iban incorporando actores al reparto, el cineasta iba cambiando el guión. "Cuando llegó Resines lo adapté para exprimirle al máximo", declaró Bonilla . "Chiquito de la Calzada tiene muchos registros y no quería que se viera lo conocido", agregó. Así que Chiquito se quedó con las ganas de añadir sus célebres muletillas "Por la gloria de tu madre" o "El pecador de la pradera". "Si Alfredo Landa no llega a decir que sí, no hay película. Es más, retrasamos el rodaje dos semanas para que él pudiese incorporarse", aseguró el actor-realizador, que escribió expresamente para Concha Velasco un papel. "Echaba de menos a Chiti . Hacía mucho que no rodábamos juntos. Siempre nos hemos llevado muy bien en el cine y el teatro", comentó nostálgico Alfredo Landa. "Para mí ha sido una sorpresa conocer a Santiago, que es todo un caballero", siguió.

Hubo también pareados varios para vender la película: "Para curarse en salud hay que ver El oro de Moscú" o "Para pasar dos horillas vaya a ver la de Bonilla".