París quiere organizar una intervención humanitaria

Fracasadas las gestiones para impedir la guerra en Irak, la diplomacia francesa intenta ahora poner en pie una "intervención humanitaria" a favor de la población civil iraquí. El ministro de Sanidad, Jean-François Mattei, se opuso indirectamente al intento de confinar esa ayuda en los países beligerantes, al recalcar que su país no puede permanecer insensible y quedarse como espectador de la crisis humanitaria.

París insiste en que las Naciones Unidas tienen que volver a poner en marcha el Programa Petróleo por Alimentos, del que depende el 60% de los iraquíes, que fue suspendido en vísperas de la invasión de Irak por fuerzas militares de EE UU y de Reino Unido. Sin embargo, ni París ni Moscú permiten que la ONU, para ese programa, en plena guerra, pueda ser presentado como "la absolución" de EE UU y Reino Unido, después de haber desencadenado una guerra que aquéllos juzgan ilegal.

El Ministerio de Exteriores francés ha asociado a su iniciativa a buen número de ONG. Jean-Christophe Rufin, presidente de Acción contra el Hambre, pidió ayer a los combatientes que abran pasillos de ayuda humanitaria y solicitó el reconocimiento internacional de la labor de las ONG: "No se puede confiar los socorros a los beligerantes", declaró. "Blair quiere atacar Basora para hacer humanitarismo, los turcos quieren desplegarse al norte para hacer humanitarismo, Tommy Franks lleva una guerra relámpago por razones humanitarias", ironizó.

"Cuando el Programa Petróleo por Alimentos fue suspendido, al principio del conflicto, quedó claro que tras el aspecto tecnológico de esta guerra hay un arma vieja, el arma alimenticia: los asaltantes esperan que la población (de Irak) flaqueará en la medida en que esté más hambrienta", agregó. "No se puede aceptar lo que dice Bush, que cuando esta población capitule recibirá mucha ayuda. Eso es usar directamente el arma alimenticia; es una violación de la Convención de Ginebra, que dice que las poblaciones en zona de guerra deben ser socorridas por independientes".

El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, ha convocado para hoy una reunión del Gobierno dedicada al problema humanitario en Irak. "Estamos muy preocupados por el deterioro de las condiciones de vida de la población civil", insistieron los portavoces del Gobierno y del Ministerio de Exteriores.

Aunque nadie lo confiesa oficialmente, detrás de la prioridad a la ayuda humanitaria late la inquietud de quedarse al margen de los programas de reconstrucción de Irak, si éstos son conducidos enteramente por los países beligerantes. El Ministerio de Economía y Medef (la principal organización patronal) han establecido una "célula de reflexión" encargada de plantear la participación de empresas francesas en el restablecimiento del suministro del agua, de la energía o de los sistemas de comunicación, y en la propuesta de ayudas financieras estatales para ello, llegado el caso.