Shell recortará 4.300 empleos y venderá activos para afrontar la crisis económica
La primera petrolera de Europa prevé ahorrar hasta 800 millones por año hasta 2006
La petrolera Royal Dutch Shell, la mayor de Europa, anunció ayer que reducirá 4.300 empleos de su división de producción y exploración petrolera en todo el mundo (un 15% de este área y un 4% del total) y venderá activos por más de 500 millones de dólares hasta 2005. El objetivo es ahorrar costes por unos 800 millones por año durante los próximos cuatro para hacer frente a la actual crisis económica mundial y la incertidumbre que vive el sector. El anuncio ha coincidido con la paralización de las operaciones de Shell en Nigeria por la escalada de la violencia.
La incertidumbre que vive el sector petrolero mundial ha forzado a Shell, la primera petrolera europea y la segunda del planeta, a presentar un plan estratégico cauteloso, más bien conservador. La compañía, que en 2002 se gastó unos 16.000 millones de dólares en operaciones de adquisición de empresas pequeñas y medianas del sector, cambia radicalmente su táctica y, en vez de invertir, se dispone a ahorrar.
Para empezar, Shell ha decidido eliminar durante los próximos tres años 4.300 puestos de trabajo de su división de exploración y producción petrolera, la joya del grupo, puesto que es la más rentable. Estos despidos representan el 15% de la plantilla de la división y el 4% de todos los empleados del grupo. A Shell España los despidos no le afectarán, puesto que en el país no hay operaciones de exploración y producción. Más tarde, el negocio de la producción será dividido en cinco unidades regionales: Europa, las Américas, Asia-Pacífico, África y Oriente Próximo y las ex repúblicas soviéticas.
Venta de activos
Shell venderá, además, activos por valor no menos de 500 millones de euros, principalmente de los que posee en el mar del Norte, en el periodo entre ahora y 2006. Con todas estas medidas, la petrolera prevé ahorrar entre 500 y 800 millones de dólares cada año por los próximos tres. Las acciones de la petrolera avanzaron un 3,35% en la Bolsa holandesa y un 2% en la de Londres. Durante el año pasado, las acciones de Shell perdieron un 23% de su valor en Bolsa. El mercado, al menos por ayer, celebró que la petrolera recuperara la política de reducción de costes con la que consiguió ahorrar unos 5.000 millones entre 1998 y 2001. El ahorro se esfumó con la expansión que el grupo emprendió a lo largo del año pasado.
No obstante, la verdadera razón del cambio de estrategia de Shell fue que el año pasado tuvo que revisar a la baja su objetivo de incremento de producción de crudo del 5% anual fijado a finales de 2001, al 3%. La compañía achacó la rebaja de la producción a demoras en la puesta en marcha de yacimientos en África y Oriente Próximo. Ayer, en la presentación del plan estratégico ante los inversores en Londres, los responsables de Shell mantuvieron ese objetivo del 3%, aun a sabiendas de que los problemas en África se agudizaron y que la guerra puede interferir en las operaciones de Oriente Próximo.
El mayor problema de Shell está en Nigeria, donde hace unos días la empresa debió paralizar la producción ante la escalada de los enfrentamientos entre el ejército y la etnia ijow, la cuarta mayor de unas 250 que hay en el país. La producción nigeriana representa el 10% de la total de la petrolera, que en 2002 superó los 2,37 millones de barriles diarios. La violencia obligó también a Exxon-Mobil y TotalFinaElf a cerrar sus operaciones en el delta del río Níger por lo menos por un mes, hasta las próximas elecciones en el país, puesto que la revuelta de los ijow tiene como principal objetivo lograr una mayor representación política de cara a estos comicios. La producción del país ya se ha reducido en 800.000 barriles diarios de un ritmo normal de 2,2 millones. Nigeria es el quinto mayor exportador de crudo a EE UU.
En lo que respecta a Oriente Próximo, distintos analistas comentaron ayer que, en principio, las operaciones de Shell en Omán no tendrían por qué verse afectadas si la guerra no se expande fuera de Irak. Los mismos analistas recordaron que si eso sucede, los problemas de Shell no serán nada comparados con lo que soportará todo el sector y la economía mundial.
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