Seguimiento masivo de la nueva jornada de acciones contra la guerra
Las protestas contra la guerra no sólo no amainan, sino que cobran cada día nueva intensidad. La ciudad de Barcelona se sumió anoche en una clamorosa cacerolada contra la invasión de Irak. El ruido contra la guerra ensordeció calles y plazas y se impuso incluso en el centro comercial deshabitado. Era el séptimo día consecutivo de movilizaciones, y de nuevo decenas de miles de personas salieron a la calle. El paro de 15 minutos tuvo al mediodía un seguimiento masivo y esta vez, en muchos lugares, se tradujo además en cortes de tráfico. Las manifestaciones estudiantiles reunieron a más de 30.000 jóvenes y la jornada tuvo su broche multitudinario en una concentración con velas en la plaza de Catalunya de Barcelona, a la que se sumaron 10.000 personas.
"Desde el 15 de febrero he participado en todas las manifestaciones, en la cadena humana, en los dos paros y ahora estoy aquí; esta noche pienso salir al balcón a hacer ruido y mañana iré a votar a la consulta popular sobre la guerra. No pienso aflojar". Con una vela encendida en la mano, Antonia Martí expresaba así en la plaza de Catalunya una determinación que las noticias que llegan del frente no hacen sino afianzar.
Como ella, decenas de miles de ciudadanos de todas las edades se movilizaron de nuevo ayer. Al mediodía, el paro convocado por los sindicatos fue seguido masivamente en polígonos industriales, organismos públicos, centros educativos y sanitarios, transporte público y medios de comunicación.
El acto central del paro tuvo como escenario la plaza de Sant Jaume de Barcelona, donde se citaron los líderes sindicales catalanes y representantes de todos los partidos políticos excepto el Partido Popular. Mientras, grupos de trabajadores salían a las puertas de sus empresas en todas las ciudades catalanas para hacer visible el paro, y en algunos casos cortaron el tráfico durante un cuarto de hora.
Manifestaciones
Las protestas habían comenzado, como cada día, en las aulas. Alumnos de secundaria y universitarios efectuaron diferentes manifestaciones. La más multitudinaria fue la marcha convocada por el Sindicato de Estudiantes y la asociación AJEC, en la que, según la Guardia Urbana, participaron 26.000 alumnos de secundaria. La manifestación comenzó de forma pacífica y festiva en la plaza de la Universitat, pero acabó con un rosario de desperfectos causado por un grupo de apenas 50 jóvenes, muchos de ellos encapuchados. El grueso de la manifestación llegó hasta la sede de la Delegación del Gobierno, donde se disolvió, aunque otro grupo desarrolló actos violentos contra las fuerzas de seguridad, que no respondieron a las provocaciones de airados quinceañeros.
Los universitarios también se movilizaron. Por la mañana, en la Universidad Autónoma de Barcelona, miles de estudiantes cortaron la autopista C-58 y celebraron un picnic en pleno asfalto. Mientras tanto, los estudiantes del campus de Pedralbes marcharon festivamente hasta la sede del PP, donde alumnos de arquitectura construyeron un muro de ladrillo. Con ello le decían al PP que ellos estaban por la construcción y no por la destrucción. Por el camino, los estudiantes se detuvieron también frente a grandes empresas. "Se trata de informar a los ciudadanos del papel que tienen las multinacionales en esta guerra", explicaba Maria Cabau, estudiante de biología. La manifestación, que muchos alumnos efectuaron alzando las manos pintadas de rojo, iba precedida por una pancarta que indicaba: "Paremos la guerra de las multinacionales".
En Lleida, una manifestación improvisada congregó a un millar de universitarios y jóvenes de secundaria que marcharon hasta las sedes de la Subdelegación del Gobierno y del PP, donde también se produjeron incidentes que se saldaron con la detención de dos jóvenes, informa Lluís Visa. Todas las facultades de la Universidad de Lleida y muchos institutos de secundaria de la provincia suspendieron ayer las clases, y en una asamblea alumnos y miembros de la plataforma contra la guerra decidieron encerrarse por la noche en el edificio del Rectorado. En Tarragona, más de un millar de jóvenes se manifestaron para expresar también su oposición a la guerra, y en Girona, 200 jóvenes se manifestaron frente a la Subdelegacion del Gobierno, donde lanzaron huevos.
Velas por la paz
Por la tarde, 10.000 personas abarrotaron la plaza de Catalunya de Barcelona en un acto de homenaje a las víctimas de la guerra. Portando velas encendidas y formando el símbolo de la paz, los participantes guardaron un emotivo minuto de silencio y un grupo de músicos tocó El cant dels ocells.
La jornada de protestas finalizó con una sonora cacerolada que pudo oírse en toda la ciudad: desde el centro hasta plazas de Gràcia o el Poblenou, pasando por interiores de manzana del Eixample, centenares de vecinos -incluidas las monjas de una escuela del Poble Sec- salieron a sus balcones armados con sartenes, ollas y cucharones en lo que se convirtió en otra forma de clamar contra la guerra.
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