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Los sindicatos negocian divididos convenios sectoriales que afectan a 196.000 trabajadores

El Metal de Guipúzcoa abre el enfrentamiento entre la patronal y las centrales nacionalistas

Los sindicatos negociarán este año convenios sectoriales que afectan a un total de 196.360 trabajadores, cerca de una cuarta parte de la población activa vasca. La negociación llega en una situación de cambio del panorama sindical. Mientras que el pasado año UGT, Comisiones Obreras y LAB firmaron gran parte de los acuerdos sectoriales, dejando de lado a ELA, las dos centrales nacionalistas han recuperado este año su unidad de acción, que habían abandonado en 2001. ELA y LAB han mostrado su apuesta por la negociación sectorial, algo que viene a romper la tendencia tradicional que ha seguido el primer sindicato de Euskadi. Sin embargo, la primera huelga ha llegado en el sector del Metal de Guipúzcoa.

Este 2003 va a ser un año difícil para la negociación colectiva en Euskadi. Por un lado, la alta inflación con que se cerró el pasado ejercicio (un 4%) y el hecho de que el 73% de los trabajadores estén empleados en empresas cuyos convenios no recogen una cláusula de revisión salarial ligada a la inflación, obliga a las centrales a pedir subidas económicas especialmente exigentes. Por otro lado, las empresas pendientes de la revisión se muestran por completo contrarias a conceder subidas salariales importantes, ya que, a su entender, ello afectaría de forma negativa a la competitividad.

Estos condicionantes hacen que la negociación, tanto la de los convenios sectoriales como los de empresas, se enfrenten a un año "caliente". Más de 394 compañías deben cerrar sus convenios durante este ejercico y sus acuerdos afectarán a 43.794 trabajadores (ver gráfico).

El conflicto ya ha surgido en el importante sector del Metal de Guipúzcoa y puede ser el precedente para lo que se registre en los próximos meses. El pasado viernes, tres sindicatos (ELA, LAB y Comisiones Obreras) convocaron a la huelga, que se saldó, pese a la discrepancia de cifras, con un seguimiento menor a la representación que tienen sus propios convocantes. El único que se mantuvo al margen fue UGT, minoritaria en el sector provincial, central que consideraba que la primera oferta de la patronal (una subida salarial del 5% y la reducción de 10 horas de jornada) era suficiente como punto de partida para negociar.

La paradoja del País Vasco es que gracias a que ELA, primer sindicato en la comunidad autónoma, no ha firmado algunos convenios sectoriales, como el de hormigones y canteras en Vizcaya o los siderometalúrgicos en Álava y Vizcaya, se ha podido garantizar una cláusula de revisión salarial. Algunos de estos convenios eran de eficacia limitada, al haber sido firmados por la patronal con la minoría sindical, pero en su aplicación no se están registrando excepciones y se han generalizado de hecho.

Desde UGT se ha pedido a la patronal que si este año se negocian convenios de eficacia limitada, como el pasado ejercicio, se apliquen sólo a quienes se sumen a ellos y no de forma generalizada. Pretende así que los sindicatos que no firman asuman, frente a quienes lo hacen, la responsabilidad de mantener un política de enfrentamiento y que algunos trabajadores no puedan beneficiarse de las mejoras pactadas por otros.

En todo caso, la situación ha cambiado con respecto al pasado año. El hecho de que las dos centrales nacionalistas hayan decidido ir de la mano no se sabe muy bien cómo va a afectar a los convenios colectivos, pero sí ha puesto en situación de alerta a las patronales, porque ELA y LAB también han anunciado una política de enfrentamiento en la negociación. Las organizaciones empresariales han rechazado ya las declaraciones maximalistas.

Las centrales que encabezan José Elorrieta y Rafael Díez Usabiaga han recuperado la unidad de acción que mantuvieron hasta la crisis que se registró en sus relaciones en abril de 2001. El acuerdo pactado por ambas centrales quiere cerrar una etapa que definen como de "escasa confrontación".

Subidas salariales

LAB reconoce así que su estrategia posibilista ha cambiado y que ya no piensa en firmar, sino en ir al choque en la negociación con las patroanles. Hasta ahora, la estrategia de ELA pasaba por hacer ruido en los grandes convenios sectoriales, para concentrarse luego en los pactos empresa a empresa y dejar a sus trabajadores beneficiarse de los convenios de eficacia limitada. La incógnita está en saber si ahora el enfrentamiento es la vía para forzar acuerdos con condiciones al alza o la excusa para no firmar convenios de sector.

Elorrieta señaló al presentar el acuerdo con LAB que no todos los sindicatos están por este modelo, en referencia a UGT y Comisiones Obreras. En la negociación colectiva, las centrales nacionalistas han pactado unos contenidos que abarcan subidas salariales claramente por cncima del IPC, la lucha contra la discriminación salarial y la reducción de jornada a 35 horas semanales.

Frente a esta política, tanto UGT como CC OO mantienen obtener las mejoras factibles dentro de las circunstancias actuales de la economía, y sitúan el empleo y el aumento salarial como planteamientos esenciales para la negociación colectiva de 2003. Esta política no implica la firma de convenios baratos, pero tampoco ir al choque por sistema.

Estas dos centrales no renuncian ni a la previsión de inflación, ni a la cláusula de revisión salarial, de forma que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo como ha ocurrido en los últimos seis años, frente a la postura de las centrales abertzales de firmar las subidas salariales según la inflación pasada.

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