'Pakito' sobrevive al chapapote
El delfín mular asentado desde 1998 en la bahía de La Concha no se ha visto afectado por la llegada del fuel
El chapapote del Prestige no ha podido con Pakito, el delfín mular que desde octubre de 1998 ha fijado su residencia en la bahía de La Concha. Contra los temores de los expertos, la llegada de importantes cantidades de fuel no ha afectado al solitario cetáceo, que merodea la bocana del puerto donostiarra y se ha convertido en una atracción más de San Sebastián con sus evoluciones y cabriolas.
La permanencia prolongada de un delfín mular (tursiops truncatus) solitario junto a la costa es un hecho rarísimo que sólo ha ocurrido en 58 ocasiones en el mundo, asegura Pablo Cermeño, presidente de Ambar (sociedad para el estudio y la conservación de la fauna marina), que ha realizado un seguimiento durante un año del animal para analizar su morfología y hábitos. En España se han registrado otros dos casos similares, uno, en 1971, en A Coruña, y más recientemente, el asentamiento de una pareja de delfines en Luarca (Asturias). Son de la misma especie que Pakito, que está protegida.
Los especialistas calculan que el animal tiene entre 10 y 15 años y pesa 400 kilos
El singular habitante de La Concha podría tener entre 10 y 15 años de edad, aunque no se puede precisar sin un examen de los dientes; pesa unos 400 kilos y mide cerca de tres metros, sostiene Cermeño. No se sabe cuál es su sexo, aunque todo el mundo le conoce ya como Pakito. Y así se ha hecho famoso en San Sebastián.
El vertido del Prestige no ha alterado su comportamiento. "Yo confío en la inteligencia del animal", afirma Amalia Martínez de Murguía, bióloga del Aquarium. "Tiene unos sistemas muy eficaces para detectar sustancias peligrosas en el agua. Yo le veo muy tranquilo y no es conveniente ni necesario capturarlo porque, si está a disgusto o ve peligro, se irá".
Un equipo de Ambar ha seguido durante un año los movimientos de Pakito dentro de la bahía para conocer sus costumbres, su frecuencia respiratoria, la velocidad de natación y su relación con otros animales y con los humanos. El delfín sale cada uno o dos minutos a respirar y realiza "escapadas" hasta la isla de Santa Clara para perseguir bancos de peces. "Se alimenta de doradas, lubinas, corcones, erlas, sardinas y otras especies, como calamares e incluso algunos crustáceos", explica. Las grabaciones de video realizadas atestiguan que le gusta quedarse panza arriba con las aletas pectorales en posición vertical, hacer la croqueta rotando sobre sí mismo, dar grandes saltos, perseguir a las motoras o jugar con las maderas, plásticos y neumáticos que encuentra en la superficie, señala Cermeño.
La bióloga del Aquarium considera que Pakito se ha adaptado perfectamente a las aguas de La Concha y considera lo que representa "un lujo" para San Sebastián como reclamo turístico.
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