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Los chechenos acuden a votar en masa en el referéndum sobre su relación con Rusia

El texto sometido a voto declara a la república "parte inseparable" de la Federación Rusa

Pilar Bonet

Las autoridades prorrusas de Chechenia dieron ayer por bueno el referéndum sobre la nueva Constitución -equivalente a un estatuto de autonomía- de la república antes de que se cerraran los colegios, y anunciaron que a las cuatro de la tarde habían votado casi 364.000 personas (el 65,55% del censo electoral). El referéndum celebrado en este territorio caucásico devastado por dos guerras y una década de desgobierno y bandidismo fue considerado válido al haber votado más de la mitad del electorado. Los primeros resultados de la consulta se conocerán hoy.

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Por miedo a que los separatistas recurrieran a la violencia para boicotear el plebiscito se habían tomado medidas de seguridad extremas. En Grozni, la capital, los colegios electorales eran custodiados por una nutrida escolta perteneciente a distintos departamentos, desde el Ministerio del Interior al Servicio Federal de Seguridad. La vigilancia en torno a las urnas se había mantenido de forma continua durante los últimos días e incluso había sido reforzada, según informaciones recogidas por esta corresponsal durante un recorrido por cuatro colegios electorales de la ciudad. Apostados en los tejados de tres de ellos, podían verse agentes de los Cuerpos de Operaciones Especiales en uniforme de camuflaje que, de pie y metralleta en ristre, oteaban el horizonte sobre las ruinas.

El presidente de la Comisión Electoral chechena, Abdul Arsajánov, dijo ayer que durante la jornada electoral, iniciada a las ocho de la mañana, no se habían producido tiroteos ni atentados en ninguno de los 418 colegios abiertos. Arsajánov reconoció, sin embargo, que se habían registrado incidentes aislados en las jornadas anteriores. De las cifras de asistencia que dio el funcionario, resultaban sorprendentemente altas en algunas regiones del sur, donde, según él, los votantes rondaban en torno al 85%. Arsajánov precisó que la cifra definitiva de votantes registrados incluía personas llegadas especialmente para participar en el referéndum. Los ciudadanos con derecho a voto eran algo más de 550.00 y de ellos 27.000 eran militares rusos destinados en Chechenia.

Todas las personas con las que habló esta corresponsal durante un periplo controlado y guiado por Grozni dijeron que votarían por la Constitución y a favor de las leyes para elegir un Parlamento y un presidente de la república, que igualmente se sometían ayer al plebiscito. La nueva Constitución subordina la república rebelde a la estructura del Estado ruso y afirma que Chechenia es "una parte inseparable del territorio de la Federación Rusa", cuyo territorio es a su vez "indivisible". No todos los votantes habían leído el documento, pero todos lo asociaban con ideas positivas: "orden", "trabajo" y, sobre todo, "fin de la guerra".

"Una vida normal"

"Ahora vivimos sin ley. La Constitución nos permitirá elegir un Parlamento y un presidente", decía Mohamed, un ingeniero. "No he leído nada y no sé qué es lo que voto, pero quiero vivir una vida normal y por eso voto", decía Malika Bangaieva, una cocinera en paro. "No esperábamos tanta gente", exclamaba Iaja Gaisultanova, la presidenta del colegio electoral 372. "¿Y los guerrilleros?". "Dejarán de luchar. Reconocerán que se han extraviado, desaparecerán con el tiempo, aunque tal vez no todos", decía el responsable de un comercio. La guerra, sin embargo, está en todas partes. A la entrada del colegio electoral 377, situado en una escuela, un letrero advertía contra la minas personales: "Los juguetes pueden ser peligrosos", señalaba un texto.

Con todas las imperfecciones del referéndum, con todas las imperfecciones de la Constitución y a pesar de las circunstancias, Hrair Balian, de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, opina que "si el referéndum es el comienzo de un proceso político podría ser un éxito". "Hay gente que está ya reclamando sus derechos de acuerdo con esta Constitución, que ni siquiera se ha aprobado todavía", decía el funcionario internacional, que estaba en Chechenia en misión informativa.

Refugiados chechenos en la ciudad de Karbulak, en la vecina Ingushetia, acudían ayer a votar en una tienda de campaña.
Refugiados chechenos en la ciudad de Karbulak, en la vecina Ingushetia, acudían ayer a votar en una tienda de campaña.EFE

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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