Zapatero anuncia a su partido que descarta utilizar la moción de censura contra Aznar

Por primera vez, aunque en una reunión privada, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha descartado la presentación, al menos antes de las elecciones del 25 de mayo, de una moción de censura contra el presidente del Gobierno, José María Aznar, por su apoyo a la guerra contra Irak. El líder del PSOE quiere huir de acciones que se perciban por los ciudadanos como oportunistas, tal y como ayer transmitió a los miembros del comité federal, que elogiaron como nunca al líder socialista. Zapatero auguró que la posición de Aznar será "efímera e imperdonable".

El debate en el PSOE sobre si debe o no plantearse una moción de censura en el Parlamento contra Aznar ha quedado zanjado, al menos, hasta después de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 25 de mayo. Así lo expresó ayer Zapatero ante los miembros del comité federal, entre los que estaba el ex presidente Felipe González, que no pidió la palabra.

El asunto lo planteó el diputado madrileño José Acosta con el planteamiento de que ante el divorcio entre el Gobierno y los ciudadanos habría que dar una respuesta política y parlamentaria con el instrumento de la moción de censura. Zapatero agradeció, e incluso consideró bueno, que el partido lo debata, pero enseguida estimó que hay que manejar las consecuencias de la guerra contra Irak con "perspectiva temporal" y alejarse de cualquier medida que pueda aparecer ante los ciudadanos como electoralista u oportunista. Al final de la reunión el secretario de organización, José Blanco, remachó que su partido no va a presentar una moción de censura.

Y para Zapatero la actuación de Aznar tendrá consecuencias graves para él y su partido, porque los ciudadanos no olvidarán su posición, que es "efímera, perdedora e imperdonable". Para Zapatero, el PP "se ha instalado en el fundamentalismo del poder sin tener en cuenta a los ciudadanos". En muchos momentos de este comité federal, celebrado a puerta cerrada y con 22 intervenciones, el líder socialista puso el énfasis y el protagonismo en los ciudadanos contrarios en su gran mayoría a esta guerra y a las posiciones del Gobierno. "Habrá una victoria militar, pero sin gloria, porque habrá frustración y aumentará el deseo de cambio", auguró.

Respaldo total

Nunca como en este comité federal el líder socialista se había visto tan respaldado por los representantes de todas las federaciones socialistas. Todo fueron elogios hacia Zapatero por haber mantenido desde el comienzo de este conflicto una posición contundente en contra de esta guerra, cualquiera que fuera su evolución. El secretario general agradeció especialmente el apoyo que le brindó la concejala madrileña Matilde Fernández, que fue una de las candidatas con la que compitió por la secretaria general. Los diputados José Antonio Griñán también le elogió por su acierto tras reconocer que había tenido algunas dudas sobre su posición. Y lo mismo hicieron los parlamentarios Clementina Díez de Baldeón, Luis Yáñez, José Borrell, la eurodiputada Elena Valenciano y los representantes de Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos y Manuel de la Rocha. "Hemos actuado desde el primer momento por convicciones y no por cálculo electoral, y así vamos a seguir, porque además los ciudadanos no apoyarían nunca una actitud electoralista", dijo Zapatero.

Aunque la reunión de ayer estaba convocada para aprobar los programas electorales municipal y autonómico, así como las listas para esas elecciones, no se habló de ello. Zapatero afirmó que lo primero es la lucha contra esta guerra "ilegal e injusta" y ya habrá tiempo para ocuparse de las elecciones. Zapatero condenó "la dictadura de Sadam Husein, y todas las dictaduras", e hizo referencia al carácter peyorativo que el PP otorga a las coincidencias en la calle y en el Parlamento del PSOE e IU. "No voy a consentir que quien se daba besos con Julio Anguita ahora demonice a esa fuerza política; a esa ni a ninguna", dijo Zapatero.

El comité federal aprobó una resolución que tendrá plasmación parlamentaria con la petición de que España no autorice el uso de las bases militares para esta guerra ni los aeropuertos de Talavera La Real, San Javier, Los Llanos y Zaragoza. Zapatero defendió a viva voz, y también la resolución, a las Fuerzas Armadas, que se han ganado con justicia su prestigio en el mundo por su labor humanitaria. Por eso, quiere verlas fuera de esta guerra.