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Reportaje:Apuntes

Bombas solidarias

Ingeniería sin Fronteras diseña mecanismos hidráulicos para los afectados por el huracán Mitch

Estos días la mirada de la opinión pública planetaria se dirige inevitablemente a las bombas que caen sobre la capital iraquí Bagdad. Pero afortunadamente existen otras bombas, y otras miradas en este mundo. La asociación valenciana Ingeniería Sin Fronteras (ISF) instalada en la Universidad Politécnica de Valencia está trabajando en el diseño de unas bombas hidráulicas de mecate, que funcionan a modo de las ancestrales norias de agua, para regenerar el sistema de riego de los campesinos nicaragüenses afectados por el devastador huracán Mitch. El paso del meteoro se saldó en octubre de 1998 con casi 1.500.000 damnificados, entre ellos 5.657 muertos, 8.058 desaparecidos, 12.272 heridos, y 285.000 personas que perdieron sus viviendas. A la tragedia humana hubo que añadir pérdidas materiales: se estima que el 60% de las infraestructuras quedaron dañadas, y que el fenómeno destruyó el 70% de los cultivos, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La ONG prepara una campaña para denunciar el alto gasto en investigación militar

Ante tal tragedia la Fundación nicaragüense Augusto César Sandino (FACS) contactó con su socio de proyectos: ISF-Valencia para "recuperar la presa y la antigua red de canales" de la localidad de San Juan de Limay, en la provincia de Estelí, al norte de Nicaragua, explica el coordinador de proyectos de ISF-Valencia y profesor de la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos, Juan Manzano.

La intermediación a través de una primera visita de uno de los 120 asociados sirvió para descartar tal solución. La alteración orográfica del terreno como consecuencia de la catástrofe planteaba un problema "muy serio" porque, según comenta el profesor, el régimen fluvial del río se había alterado por la deforestación de su cuenca y cualquier precipitación intensa hubiera provocado inundaciones en un sistema de canales de por sí precarios. Para conducir y elevar el agua a las pequeñas propiedades con cultivos de subsistencia se pensó en una tecnología local, una bomba de mecate, por ser barata y conocida, implantando un sistema de alimentación inusual en la zona: los paneles solares fotovoltaicos, que permiten ahorrar costes mediante el aprovechamiento de las excelentes condiciones climatológicas. "Actualmente utilizan las bombas conectadas a motores de lavadora y molinos de viento", aclara el coordinador. El prototipo de esa primera bomba hidráulica estará instalado en la Escuela Superior de Caminos II de la Politécnica hasta el próximo día 28 de marzo. La bomba itinerante recorrerá las distintas escuelas de la Universidad hasta el próximo 16 de mayo. La exposición, que incluye demostraciones de la bomba, se acompaña de paneles divulgativos y conferencias. Tras su paso por Valencia se trasladará a las asociaciones de ISF de las universidades de Madrid, Barcelona y Valladolid. "Muchos ingenieros se sorprenden cuando este amasijo de hierro eleva agua", dice el profesor mientras señala una rueda y una correa donde unos pequeños émbolos insertados en una tubería de PVC hacen el milagro de propulsar el líquido. "Este es sólo un prototipo", advierte, "el real triplicará su altura y para construirlo queremos traernos uno de allí", puntualiza subrayando que, de esta manera, se podrían introducir mejoras en el original además de la alimentación con energía solar ya modificada.

Diez personas trabajan en esta fase inicial del proyecto. Cinco se dedican a mejorar al máximo las posibilidades de la bomba y las otras cinco llevan a cabo el estudio de las necesidades: cuántas bombas se requerirán; qué caudal podrán bombear, o averiguar, por ejemplo, la dimensión del panel solar más idóneo. Todo ello ayudará a ajustar el presupuesto para concurrir a las ayudas de la Agencia Española de Cooperación Internacional, del Centro de Cooperación al Desarrollo de la universidad, y a otras convocatorias oficiales.

"Construir bombas de mecate es bastante más económico que recuperar un canal para transportar agua", resume Manzano, quien se daría por satisfecho si el estudiante de ingeniería valenciano adquiriera "el sentido común necesario para dar soluciones concretas y coherentes a los problemas de los países del sur". Se trata de atajar selectivamente la necesidad con los conocimientos generales aprendidos. "En Nicaragua podríamos instalar una bomba hidráulica de las que estamos acostumbrados aquí, pero la reparación podría costar más que la propia bomba", advierte.

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Aunque denuncia la guerra contra Irak, descarta que desde Valencia, y desde la federación de ISF, se haya previsto una actuación directa, porque ninguna de las asociaciones trabaja en este territorio; no obstante, anticipa que preparan una campaña divulgativa para "denunciar que tanto el Estado como la Universidad dediquen la mayor parte del presupuesto en investigación a la parte militar". Cada delegación de ISF en España actúa en unos países para afianzar la relación con las ONG locales; la campaña es monotemática. Este año se ha elegido el acceso al agua potable, por ser una necesidad universal para satisfacer necesidades humanas básicas. ISF-Valencia trabaja en Argentina y Nicaragua.

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