EE UU abre el frente norte de Irak con el bombardeo de Mosul y Kirkuk
Las milicias kurdas esperan la llegada inminente a la región de tropas estadounidenses
Estados Unidos abrió ayer las hostilidades en el norte de Irak con el bombardeo aéreo de instalaciones militares en Mosul. Periodistas árabes destacados en esa ciudad, la segunda del país, confirmaron el ataque contra una base aérea en torno a las 13.00 horas en la España peninsular. Las grandes explosiones volvieron a escucharse a las nueve de la noche en Mosul y en Kirkuk, ambas asentadas en torno a grandes campos de petróleo. Pero el frente terrestre, el que divide el territorio controlado por las milicias kurdas de las posiciones de las tropas de Bagdad, seguía ayer inactivo.
Las operaciones terrestres están a la espera de un despliegue de fuerzas estadounidenses aerotransportadas, que los responsables del Kurdistán iraquí consideraban anoche que iba a ser "inminente".
Nunca se había fotografiado tanto un puente sobre un humilde afluente del Tigris. En Kalak, a 47 kilómetros de Mosul -una ciudad de 1.750.000 habitantes-, sólo la presencia de las cámaras de televisión perturbaba ayer la calma absoluta del paso fronterizo sobre el río Bichuk, cerrado en su sector iraquí 48 horas antes. De hecho, los únicos disparos que se escucharon en Kalak fueron los tiros al aire de una patrulla del Ejército de Irak para ahuyentar a un equipo de reporteros italianos que pretendía tomar imágenes de sus movimientos a apenas 200 metros de distancia. Aunque los periodistas aseguraron que tuvieron que permanecer cuerpo a tierra durante casi un cuarto de hora mientras las balas silbaban sobre su cabeza, otros testigos recortaron considerablemente la duración del incidente.
Los bombardeos nocturnos de Mosul y Kirkuk, confirmados por las agencias de noticias, fueron presumiblemente lanzados desde los aviones B-52 norteamericanos que machacaron anoche los centros estratégicos de Irak. Estos ataques figuraban ya desde hace meses en los planes del Pentágono para neutralizar las bases aéreas y unidades de carros de combate en el norte de Irak antes de iniciar el despliegue de sus propias tropas sobre el terreno. Pero EE UU ha tenido que modificar sobre la marcha sus previsiones: enviar por tierra una división de infantería de 62.000 soldados, equipada con armas pesadas, tras el rechazo de Turquía al paso de fuerzas extranjeras por su territorio.
Llegada inminente
Pese a todo, fuentes del Gobierno autónomo kurdo consideraban anoche "inminente" la llegada de los primeros efectivos de EE UU. Las milicias kurdas cerraron el paso ayer a los periodistas en todo el perímetro de la pista de aterrizaje de la antigua base militar de Erbil, donde supuestamente ya operan unos pocos miembros del Ejército estadounidense que preparan la llegada de la primera avanzadilla de sus tropas para invadir Irak desde el norte.
El pasado fin de semana, sin embargo, fue posible visitar el recinto con total libertad mientras se daban los últimos retoques a la reparación de la plataforma. En Harir, al noreste de Erbil, y en las cercanías de Dohuk (norte) y Suleimaniya (sur) los peshmergas han trabajado en el acondicionamiento de aeródromos aptos para el aterrizaje de aviones de transporte militares.
Los habitantes de las ciudades del Kurdistán han aprovechado el fin de semana (hasta el día festivo del viernes en Irak) para ocultarse en las montañas de un posible ataque del régimen de Bagdad con armas químicas. A pesar de que las alarmas no han llegado a sonar en ningún momento, son muchos los kurdos que seguirán en el campo al menos hasta mañana, cuando termina el puente de la celebración del Newroz, el año nuevo del Kurdistán que coincide con la llegada de la primavera.
Mientras, la actividad se reanuda poco a poco en Erbil, donde ya han empezado a sentirse los primeros síntomas de desabastecimiento de alimentos y los cambistas del bazar, termómetro de la economía kurda, aplican comisiones de guerra del 30% al dinar frente al dólar o el euro.
Guerra de nervios
Tanto los peshmergas kurdos como los soldados iraquíes esperan con sorprende tranquilidad el desenlace inevitable de un choque en el frente de combate; una guerra de nervios parece haber estallado entre la prensa internacional. Los periodistas acudieron ayer en desbandada a Dola Bakra, el último puesto de control kurdo en el frente en dirección a Kirkuk, después de que una cadena británica de televisión asegurara que fuerzas especiales de EE UU estaban tomando los pozos de petróleo, y que incluso miembros de la resistencia kurda de esa ciudad les estaban ayudando en los combates.
Un responsable del Partido Democrático del Kurdistán, que controla con sus milicias el norte del territorio autónomo, desmentía poco después la información con el siguiente argumento: "No se pueden internar en territorio enemigo en Kirkuk sin que nosotros les guardemos las espaldas".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.