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GUERRA EN IRAK | Reacciones en el mundo

El Papa expresa su dolor por el estallido de la guerra

El Papa declaró ayer su "profundo dolor" por el estallido de la guerra en Irak en un comunicado difundido ayer por su portavoz, Joaquín Navarro Valls. Informado por el secretario de Estado, Colin Powell, del inicio del ataque contra Bagdad, el Vaticano sopesó cuidadosamente la respuesta oficial, que se aleja de la durísima reacción con la que el pasado martes acogió el ultimátum del presidente George W. Bush. La nota rezuma resignación y divide escrupulosamente las culpas del conflicto entre Irak y EE UU.

Después de expresar dolor por "los últimos acontecimientos en Irak", la nota lamenta "que el Gobierno iraquí no haya cumplido las resoluciones de la ONU ni el llamamiento del Papa, que pedían el desarme del país. Por otro lado, deplora que se haya interrumpido la vía de las negociaciones, según el derecho internacional, para llegar a una solución pacífica del drama iraquí". El Papa, que ha alzado su voz, incansable, contra la guerra, se levantó a orar a primera hora de la mañana y permaneció más tiempo del habitual en la capilla privada. Las declaraciones más duras las pronunció el cardenal jesuita Roberto Tucci, quien calificó a EE UU de "democracia imperialista".

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Condena sindical

La noticia de los primeros bombardeos sobre Irak fue acogida por los sindicatos italianos con una condena total y un inmediato paro general de dos horas, que tuvo un seguimiento desigual. En Milán, donde los líderes de las tres grandes centrales celebraron un mitin, se concentraron casi 100.000 personas, según los organizadores. A lo largo de la jornada se produjeron diversas manifestaciones en otras ciudades italianas. En Venecia se registraron los incidentes más graves entre la policía y grupos de estudiantes y miembros del movimiento de "desobedientes" que se concentraron ante el consulado británico. En Roma, se produjeron momentos de tensión en Via Veneto, cerca de la Embajada de EE UU, cuando cerca de un millar de jóvenes invadió pacíficamente un tramo de la calle que había sido cerrada al tráfico para proteger a la sede diplomática. El primer ministro, Silvio Berlusconi, rechazó el valor de estas protestas. "De las manifestaciones no me espero nada bueno", dijo, antes de partir rumbo a Bruselas para participar en el Consejo Europeo. Berlusconi declaró que se dedicará a trabajar para restañar las heridas abiertas en el seno de la Unión Europea, y entre la UE y EE UU.

La reacción de los partidos que integran la coalición de centro-izquierda El Olivo fue de total condena a la guerra y de indignación por la incierta postura italiana.

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