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DOS VERSIONES SOBRE LA CONVERSACIÓN ENTRE AZNAR Y ZAPATERO | GUERRA EN IRAK | Un diálogo controvertido

Miedo a los desórdenes públicos

Aznar convocó de madrugada al Gabinete de Crisis sobre la guerra

A las tres y media de la madrugada, hora de los bombardeos sobre Bagdad, los dos vicepresidentes y cuatro ministros recibieron una llamada que les convocaba al Gabinete de Crisis. Seis horas después, José María Aznar se reunía en el palacio de la Moncloa con Rodrigo Rato, Mariano Rajoy, Ana Palacio, Ángel Acebes, Cristóbal Montoro y Federico Trillo para tratar sobre la guerra. La reunión duró sólo hora y media. Aznar consumió la mayor parte del tiempo en detallar algunos aspectos que conocía sobre el inicio de los bombardeos contra Irak y contó sus impresiones sobre la evolución del conflicto.

El presidente explicaba a sus ministros parte de la información que había recabado la víspera en sus conversaciones telefónicas con el presidente de EE UU, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair. Aznar explicó a sus ministros que la primera fase de la guerra consistirá en el ataque a objetivos selectivos, según le había informado Bush siete horas antes de iniciarse la intervención bélica. El jefe del Ejecutivo también insistió en que mantenía como hipótesis más probable que la intervención militar en Irak sería corta y sin mayores problemas, aunque no se podía descartar que la situación se complicara. Sus impresiones eran más optimistas que las que trasladaba a la opinión pública el propio Bush.

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El titular de Defensa, Federico Trillo, informó de los planes militares e insistió en el papel humanitario de la aportación española en esta guerra, decidida en la sesión del Gabinete del pasado martes por la mañana. Confirmó que los buques Galicia y Reina Sofia ya habían partido, ayer mismo, de la base de Rota (Cádiz). La víspera lo hizo el petrolero Marqués de la Ensenada para dar apoyo logístico al buque y a la fragata. Trillo no ofreció cifras sobre el coste de la operación bélica. Señaló que el ministerio tiene hechas una serie de estimaciones sobre escenarios variados y que es imposible prever ahora un presupuesto aproximado. El Consejo de Ministros aprueba hoy el decreto que formalizará la participación española en la guerra.

Por su lado, el ministro de Interior presentó un informe sobre los planes de seguridad de su departamento. Recordó que el plan de alerta ya está en funcionamiento e insistió en que no supone especiales novedades, dado que la permanente amenaza del terrorismo de ETA obliga a una vigilancia especial y continua.

Sin embargo, Acebes trasladó a sus compañeros de Gabinete que está preocupado por la situación del orden público, con la cadena de manifestaciones convocadas en España que hasta ayer se habían desarrollado de modo pacífico. El temor de Interior es que el comienzo de la guerra radicalice a parte de los manifestantes. Pocas horas después de la reunión del Gabinete de Crisis se producían las primeras manifestaciones con incidentes entre estudiantes y las Fuerzas de Seguridad.

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El plan de Interior tiene cuatro líneas maestras: la protección de puntos "sensibles y estratégicos" (desde centrales nucleares a puertos y aeropuertos), control de fronteras (se han intensificado en las de Ceuta y Melilla), trabajos de información (vigilancia de personas de tendencias radicales) y seguridad interna. En este último apartado encaja la inquietud de Acebes ante una posible radicalización de las protestas antibélicas, aunque este subapartado está pensado para casos de gravísimos desórdenes públicos por hipotéticos problemas de desabastecimiento y casos de pillaje.

"La última parte difícilmente se activará y el resto son medidas de refuerzo ante el riesgo de un atentado terrorista, una eventualidad que siempre es posible pero no es probable", aseguraron fuentes antiterroristas. La vigilancia se ha intensificado en los aeropuertos pero se están trasladando a puertos y estaciones de autobuses y trenes los controles de pasajeros y equipajes, inhabitables en estas terminales. Además, se ha exigido el que se cumplan a rajatabla los protocolos de seguridad de edificios públicos e instalaciones militares, "para que estén al 100% porque a veces se relajan al 70%", indican fuentes de Interior. "Todo es preventivo y, en algunos casos, como los de las embajadas [las de EE UU, Israel y Reino Unido han sido protegidas con tanquetas] incluso exageradas", agregan.

Mientras se celebraba la reunión, Mariano Rajoy se ponía en contacto con los portavoces de los grupos parlamentarios para informarles de la situación. No lo hizo con el PSOE porque Aznar ya conversó la noche del miércoles con su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero.

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