Pujol pide a los inmigrantes que respeten la identidad catalana
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, recordó a los ciudadanos inmigrados en Cataluña que "no sólo disponen de derechos", sino que "también tienen deberes, como el de respetar la identidad catalana" mediante la integración. Pujol hizo ayer estas declaraciones en una conferencia sobre religión y derechos humanos en el centro de estudios ESADE de Barcelona, donde también aseguró que el hecho de que parte de la población inmigrada sea de origen musulmán complica aún más su integración, puesto que la cultura europea tiene una filiación cristiana. "A diferencia de los europeos, los musulmanes tienen una fe muy fuerte: creen de veras y no quieren verse contaminados por los infieles, lo que les lleva a cerrarse", dijo Pujol.
El presidente del Gobierno catalán recordó que la libertad religiosa plantea otros derechos, como el de practicar públicamente en mezquitas. "Pero ¿dónde ponemos los oratorios?", preguntó Pujol, que luego intentó hallar una explicación mediante el ejemplo de Premià de Mar. "En los conflictos religiosos, las administraciones deben intervenir siendo justas y realistas. Los musulmanes de Premià tenían derecho a edificar una mezquita en el centro, pero debíamos buscar el bienestar de la población Y si trasladándola a otro lugar se llegaba a un equilibrio, había que hacerlo", explicó. Pujol reconoció, no obstante, que a veces "la respuesta de la gente" en estos asuntos "es intolerante" al plantear reclamaciones "injustas". A quienes tienen esa actitud, Pujol les reclamó "tolerancia con las ideas que son distintas a las propias pero igualmente válidas", pero "en ningún caso indiferencia ni paternalismo".
Relaciones multiculturales
Sin embargo, el presidente también aseguró que "no se puede permitir" que la minoría haga sentir culpable a la mayoría y así "consiga dominarla". Por ello, Pujol consideró que Europa no puede renunciar a sus costumbres por respeto a otras culturas y se planteó cómo se solucionarán conflictos surgidos de las relaciones multiculturales, como el consumo de carne de cerdo en los comedores escolares y el uso del velo por las mujeres musulmanas. El presidente también consideró que "la continuidad histórica de una nación" la construyen los habitantes autóctonos aunque "los inmigrantes puedan contribuir a ello".
El presidente también hizo referencia a la capacidad que ha demostrado tener Cataluña ante la incorporación de unos 80.000 inmigrantes anuales y puso como ejemplos los problemas de vivienda y enseñanza que esta circunstancia plantea. "La gente que llega aquí tiene posibilidades de progreso y de libertad religiosa. Si uno viene a vivir sólo durante tres años, que haga lo que le plazca. Si quiere convertirse en un ciudadano más, que haga un esfuerzo de integración", reclamó Pujol, quien recordó que rechazar aprender catalán es un "menosprecio a un aspecto vital de la identidad del país que acaba volviéndose en contra".
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