La polémica de la 1.441
La resolución 1.441, que EE UU, Reino Unido y España consideran suficiente para convertir en legal la guerra, fue aprobada por unanimidad el pasado 8 de noviembre. El borrador se presentó el 23 de octubre. EE UU quería una resolución contudente para la vuelta de los inspectores. En la negociación, Washington accedió a incluir un proceso de dos etapas para evitar, como temía Francia, la automaticidad en el uso de la fuerza. EE UU hizo pocas concesiones: sustituyó una frase bélica por otra: "El uso de todos los medios necesarios" por "graves consecuencias".
El texto reflejó dos resoluciones sobre Irak: la 678, que en 1990 impuso el ultimátum a Bagdad para retirarse de Kuwait, y la 687, que el 3 de abril de 1991 marcó el alto el fuego. Las tres se acogen al capítulo VII de la Carta de la ONU, que justifica el uso de la fuerza en caso de amenaza al orden internacional o en defensa propia.
El debate sobre la 1.441 empezó el día de su aprobación. Un diplomático la calificó como "obra maestra de ambigüedad". EE UU y Francia la interpretaron de forma muy distinta. Washington declaró que no se sentía obligado a volver a consultar al Consejo antes de lanzar un ataque. Para el embajador estadounidense, John Negroponte, no había automatismo, porque el Consejo tenía que reunirse de nuevo para considerar la cuestión. Pero añadió: "Si el Consejo fracasa en actuar decisivamente, esta resolución no impide a miembro alguno actuar en defensa propia contra la amenaza que representa Irak". En una lógica opuesta, París afirmó que la decisión de la guerra estaba en manos de la ONU. El embajador Jean-David Levitte señaló: "Francia se felicita por la desaparición de cualquier ambigüedad" sobre el uso de la fuerza y el automatismo.
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