El Pentágono traslada barcos de guerra al mar Rojo para evitar el espacio aéreo turco
Estados Unidos ha trasladado más barcos de guerra y armamento a la zona del Golfo durante el fin de semana, en sus preparativos para atacar Irak. El Comando Central Naval norteamericano destacado en Bahrein aseguró que 13 barcos con capacidad para disparar misiles cruzaron el canal de Suez hacia el mar Rojo ayer por la mañana, en lo que constituye un reposicionamiento de las tropas de Estados Unidos en el Mediterráneo que les permitiría lanzar misiles de crucero Tomahawk sobre objetivos iraquíes sin tener que sobrevolar el espacio aéreo turco. Turquía, aliado de la OTAN, no ha autorizado el uso de su espacio aéreo, lo que ha forzado a Washington a modificar sus planes originales. Cinco barcos de guerra norteamericanos zarparon hacia el mar Rojo el pasado viernes y ocho lo hicieron el sábado, según informó la oficial portavoz del comando central de Bahrein, Lisa Brackenbury. Más de 130 navíos están preparados para la guerra en la zona del Golfo, incluidos tres portaaviones. Fuentes del canal de Suez dijeron que dos destructores, un crucero y tres submarinos de ataque se encontraban entre los barcos que navegaron ayer por las aguas del canal controlado por las autoridades egipcias.
En el desierto de Kuwait, tropas del primer regimiento de marines de Estados Unidos recibieron ayer vehículos de asalto anfibios para ser usados en cuanto el Pentágono dé la orden de atacar Irak.
Estos vehículos, originalmente diseñados para desembarcos en playas, actuarán como transporte de soldados hacia el norte de Kuwait si tanto las tropas de EE UU como las del Reino Unido reciben órdenes de cruzar la frontera iraquí. Máscaras antigás, cascos antibalas, los fusiles con la culata al cielo, los visores nocturnos en la frente adheridos al casco componen la figura de los marines que, desplegados en Kuwait, ensayan una nueva operación mientras esperan una eventual orden de Washington para atacar a Irak.
La conducción del vehículo con máscara, al igual que viajar a una baja velocidad con la protección contra los agentes químicos o biológicos puesta, supone una prueba más en el adiestramiento de los marines norteamericanos para enfrentarse al Ejército iraquí. Los estrategas estadounidenses calculan que en un eventual ataque, Irak podría responder con misiles y armas químicas y biológicas. La insistencia con la que se repasan los métodos en la lucha contra los agentes tóxicos y la frecuencia de las alertas antigás evidencian que estas armas representan uno de los mayores riesgos en una campaña contra Irak, a juicio de los militares estadounidenses.
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