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AMENAZA DE GUERRA | El debate en Roma

El Papa asegura que la guerra puede desencadenar "extremismos"

El Papa hizo ayer un nuevo llamamiento a la paz aludiendo esta vez no sólo a las "tremendas consecuencias" que comportaría la guerra "para las poblaciones de Irak y para el equilibro de toda la región de Oriente Próximo", sino a "los ulteriores extremismos que podrían derivar de ella". Un salto cualitativo en la campaña pacificadora del Pontífice, que volvió a dedicar sus palabras, antes del ángelus, a la situación internacional. Karol Wojtyla improvisó, incluso, ante los fieles, recordando sus propias experiencias. "He vivido la II Guerra Mundial y la he sobrevivido. Por eso tengo el deber de recordar a todos los jóvenes, a todos los que no han tenido esta experiencia, tengo el deber de decir: ¡nunca más guerra!". "Todos sabemos", continuó, "que no es posible pedir la paz a cualquier precio, pero sabemos también que nuestra responsabilidad en esta decisión es muy grande, grandísima".

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Consciente de que la crisis de Irak entra en una fase decisiva, el Papa hizo un doble llamamiento. Por un lado, recordó a "los responsables políticos de Bagdad" que tienen "el urgente deber de colaborar plenamente con la comunidad internacional para eliminar cualquier motivo de intervención armada". Por otro, recordó a los miembros del Consejo de Seguridad que la fuerza "debe ser el último recurso, después de haber agotado todas las soluciones pacíficas".

"Todavía hay tiempo para negociar", concluyó. "Todavía queda espacio para la paz; nunca es demasiado tarde para comprenderse y continuar negociando". Juan Pablo II exhortó a los líderes políticos a "reflexionar sobre los propios deberes", asegurándoles que profundizar en las negociaciones "no significa humillarse, sino trabajar con responsabilidad por la paz".

Juan Pablo II, ayer, asomado a una ventana del Palacio Pontificio en Ciudad del Vaticano.
Juan Pablo II, ayer, asomado a una ventana del Palacio Pontificio en Ciudad del Vaticano.REUTERS
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