Chapuza impresentable
Rob Schneider es considerado uno de los rostros de la nueva epidemia de comedias locas, o algo así, que beneficia a Hollywood y padece el resto del planeta. Es coguionista y protagonista de Este cuerpo no es el mío y tamaño delito contra el cine no tendría mayor importancia si no tuviéramos que tragarlo con embudo. Porque ¿qué demonios pinta aquí, ocupando una parte del tiempo y el espacio, tan escasos, del reparto español de películas del mundo, una como ésta, no mala, sino penosa, de esas que no merecen estrenarse ni en el cuarto trastero de la casa de sus autores?
El chistero Schneider enroló como guionista y realizador de este ridículo filme pensado a su medida al novato Tom Brady y encontró al hombre perfecto, a la pura y simple negación del cine. El resultado del histórico encuentro entre ambas nulidades es una de las peores películas que uno pueda imaginar, un trabajo o, más exactamente, una chapuza de malos aficionados, tan mala o peor que la peor y más tosca e inhábil película española de este año y cualquier año. Y hay que insistir: ¿qué hace este engendro aquí?
ESTE CUERPO NO ES EL MÍO
Dirección: Tom Brady. Guión: Brady y Schneider. Intérpretes: Rob Schneider, Ann Faris, Matthew Lawrence, Eric Christian Olsen, Melora Hardin, Alexandra Holden, Rachel McAdams. Género: comedia. EE UU, 2003. Duración: 93 minutos.
Babelia
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