La justicia de EE UU niega derechos legales a los presos de Guantánamo
Los 650 detenidos llevan un año sin ser acusados de delito alguno
Un tribunal federal de apelaciones ha dado la razón a George W. Bush al ratificar que los sospechosos de terrorismo detenidos indefinidamente en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba) no tienen derechos legales en Estados Unidos. El dictamen legitima el limbo judicial en el que viven los 650 talibanes y presuntos miembros de Al Qaeda, impidiendo que recurran sus casos. No obstante, sus abogados afirmaron ayer que apelarían al Tribunal Supremo, pero las posibilidades de que esa instancia anule la decisión son escasas.
El fallo del Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia se fundamenta precisamente en otro que el Tribunal Supremo emitió después de la II Guerra Mundial, en el que negaba las garantías procesales reconocidas en la Constitución norteamericana a prisioneros alemanes detenidos en China. Al igual que en aquel caso, los magistrados también han amparado ahora su decisión en que EE UU no tiene jurisdicción sobre la base militar de Guantánamo al estar en territorio de Cuba. (Washington y La Habana firmaron en 1903 un contrato de alquiler con carácter perpetuo que sólo se puede anular por acuerdo de ambas partes).
"Si la Constitución no ampara el derecho procesal de los detenidos, y no lo hace, ellos no pueden invocar la jurisdicción de nuestros tribunales para desafiar la constitucionalidad de sus restricciones de libertad", señala el juez federal A. Raymond Randolph en uno de los párrafos del dictamen, de 18 páginas. El tribunal de apelaciones se pronunciaba así en respuesta a la demanda entablada hace meses por las familias de 16 presos -12 kuwaitíes, 2 británicos y 2 australianos-, en la que alegaban que el Gobierno de Washington les ha detenido injustamente.
Por su parte, los abogados del Gobierno argumentaron que sería "peligroso" para la seguridad nacional que los tribunales "interfirieran" con las decisiones militares mientras continúan las hostilidades de la guerra contra el terrorismo. Ayer, Washington celebraba "la importante victoria". El secretario de Justicia, John Ashcroft, declaró a través de un comunicado que "en tiempos de guerra el presidente tiene que poder proteger la nación de los enemigos".
Para los abogados de los 16 detenidos, sin embargo, la decisión equivale a "enviarles a un agujero negro y olvidarse de ellos". "Es un día triste para la justicia", subrayó el defensor Thomas Wilner. Y el portavoz de la Cruz Roja Internacional, Alistair Hodgett, se refirió a Guantánamo como el "gulag de América".
Los 650 detenidos no han tenido acceso a un abogado ni a sus familias desde que fueron trasladados de Afganistán a Guantánamo, hace más de un año. Tampoco han sido acusados de delito alguno. Y ahora, con la sanción del tribunal a esa política, su futuro es aún más incierto. Ha habido 22 intentos de suicidio, 12 de ellos en los últimos dos meses. El deterioro psicológico ha obligado a los responsables de Guantánamo a abrir un pabellón especial para quienes presentan un cuadro clínico suicida, con celdas más espaciosas, en las que se llevan a cabo sesiones de terapia. Paralelamente, han inaugurado otro pabellón de psiquiatría en el hospital, con 35 camas. En total, hay 70 presos en tratamiento, según fuentes militares.
Los militares al mando de la operación han establecido un régimen de premios y castigos, mediante el cual van catalogando la peligrosidad de los presos. Los que se portan bien y cooperan en los interrogatorios son trasladados a la zona 4 del Campamento Delta, con celdas comunales para 12 y un pequeño patio para hacer ejercicio. Por el momento hay 20 en esa categoría, aunque las celdas comunales tienen capacidad para 200.
El general al mando en Guantánamo, Geoffrey Miller, ha recomendado este mes la liberación de varios detenidos, pero el Pentágono tiene la última palabra. Fuentes militares señalan que entre un 10% y un 15% de los detenidos son inocentes que cayeron por error en la redada antiterrorista de Afganistán.
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