El esplendor de los poetas de Antequera

Para comprobar la importancia histórica de Antequera en los siglos XVI y XVII basta un vistazo a sus monumentos renacentistas y barrocos. Uno de los más importantes, la Colegiata, que cumple ahora su quinto centenario, fue además caldo de cultivo de un patrimonio poco conocido por el gran público; el acervo poético del Siglo de Oro antequerano-granadino.

Dámaso Alonso, poeta y filólogo de la Generación del 27, afirmó que Antequera fue en el siglo XVII la ciudad con más poetas en relación con su población. Si se tiene en cuenta que en esa época la ciudad pasaba ampliamente de 20.000 habitantes -era la novena ciudad española en ese terreno- no es decir poco.

Por eso, la celebración de los 500 años de la Colegiata ha servido como excusa para el I Congreso Internacional de Poesía Antequerano-Granadina del Siglo de Oro, que, organizado por el Ayuntamiento, la Universidad de Málaga y la Diputación, aborda esta semana una relectura de los cerca de 40 poetas surgidos de la Cátedra de Gramática de la Real Colegiata, con el propósito de preparar la próxima edición de un corpus sistematizado donde se incluyan todos los poetas con su obra conocida y reseñas filológicas y biográficas.

"La riqueza histórica y monumental de Antequera es muy conocida, pero la riqueza literaria lo es menos, entre otras cosas porque se echan en falta nuevas ediciones de estos poetas", explica José Lara Garrido, catedrático de la Universidad de Málaga y coordinador del congreso, que reúne a 40 filólogos.

Lara incide en la importancia de la Cátedra de Gramática de la Colegiata como vivero de tanta creatividad. "La Cátedra era un semillero de la clase eclesiástica. Equivalía a un bachillerato de humanidades, donde los alumnos, de entre siete y 14 años, adquirían una solidísima formación en cultura latina, lectura, comentario e imitación de los clásicos", explica.

De ahí surge una escuela caracterizada por una fuerte influencia de poetas latinos como Horacio o Virgilio, que pone los recursos de la poesía mitológica, épica o íntima clásica al servicio de la temática religiosa o cortesana que dominaba la época. El autor más conocido hasta ahora es Pedro de Espinosa, pero la nueva sistematización que propone el congreso sitúa junto a este poeta en el podio a otros dos; Agustín de Tejada y Luis Martín de la Plaza, cuyo valor literario, en palabras de Lara, "es perfectamente equiparable con el de Espinosa". "En realidad, no es que la poesía antequerana del Siglo de Oro sea desconocida, sino que junto a Espinosa hubo un importante grupo en el que hay que profundizar más", explica Jesús Romero, alcalde de Antequera.

Sin embargo, precisa Lara, "el congreso no pretende hacer arqueología de la poesía, sino separar la producción que aún tiene vigencia de lo ya superado, y preparar nuevas ediciones que permitan al lector disfrutar de esta riqueza".

Para eso se ha buscado la presencia de poetas filólogos, como Jaime Siles, y también la de filólogos jóvenes que puedan continuar la labor que ahora se empieza. "La función de los poetas en la identificación y reivindicación de la poesía es fundamental. Ya lo demostró la Generación del 27. En cuanto a la presencia de jóvenes filólogos, se debe a que este congreso no es un encuentro aislado, sino un hito en el camino de la recuperación de un patrimonio, y los más veteranos no vamos a guardarnos este tesoro avaramente", bromea Lara.