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VISTO / OÍDO
Columna
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Psicología, lógica y ética

No hay escuelas ateas en el XIX y el XX hasta que los católicos se lanzaron sobre ellas, mataron profesores, a veces a sus alumnos, y las prohibieron. Sé que la enseñanza no es libre: los profesores que no son católicos no se atreven todavía a explicar cómo es la libertad de pensamiento, la razón, la lógica. Hay gentes de conocimiento ateo que llevan a sus hijos a las monjas o los frailes porque creen que es mejor la enseñanza: error grave. En esos condenados lugares, desde la geografía y la historia hasta la biología están impregnadas de falsedades y de explicaciones inverosímiles. Otros creen que por lo menos hay disciplina, y tienen miedo de los hijos díscolos y de una juventud inventada por la derecha, la Iglesia y propagada por los periódicos: drogada, ladrona, promiscua, ignorante. La disciplina es sólo el orden de quien manda; incita a salirse de ella. La perversión juvenil ocurre en algunos casos, y pienso que son víctimas de la enseñanza al revés: los que no pueden creer lo que se les enseña ni compararlo con la realidad de la vida. Ocurrió en todas las épocas, y pasa en todas las edades. Esta era nuestra, en todas sus escalas y en las situaciones de informarse, conocer y saber, tiene que convivir con el disparate, religioso o político, con las mentiras difundidas en millones de ejemplares, pantallas y altavoces. Oigo al pasear por las emisoras de la noche cosas sorprendentes corroboradas por la prensa de la mañana: que Blix, jefe de la misión de inspectores, está de acuerdo con Sadam para retrasar la guerra y permitirle preparar sus gusanos mortíferos: y los interlocutores del imbécil apenas disienten. Leo que tenemos que salvarnos del riesgo de Husein, que amenaza nuestra civilización; y cómo la ratifica la ministra de la guerra -teóricamente de Asuntos Exteriores- Ana Palacio. Oigo una emisora católica profesional -o confesional- asombrarse de una contradicción: Sadam tiene 650.000 ciudadanos católicos, y lo es su vicepresidente; deja libertad de cultos; y, sin embargo, es un canalla, asesino de su pueblo, gaseador (así) de los kurdos, torturador, amenaza del mundo cristiano: y todo lo demás. Por lo cual -insisten- es un favorito de la izquierda, que se aprovecha de la buena voluntad del Papa.

(En los institutos estudiábamos una asignatura que se llamaba Psicología, Lógica y Ética. El texto era de Eloy Luis André. Krausista, regeneracionista: autor de El histrionismo español. Ahora enseñan los que temen que se piense contra ellos).

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