España se esfuerza en recuperar el tiempo perdido en China
Transcurridos 30 años del establecimiento de relaciones, el Gobierno impulsa la presencia española en el mercado chino
China y España quieren que la celebración del 30º aniversario de las relaciones bilaterales, establecidas el 9 de marzo de 1973, sirva de "punto de inflexión" en el fortalecimiento de la cooperación entre los dos países, según afirma Qiu Xiaoqi, embajador de Pekín en Madrid. En el Ministerio de Asuntos Exteriores se asegura que, a pesar de los avances conseguidos en la última década, "España tiene que hacer un esfuerzo grande para recuperar el tiempo perdido en China".
China y España defienden posiciones distintas en cuanto a la crisis de Irak, pero hasta el momento el diálogo político entre ambos gobiernos "es muy fluido", indican fuentes diplomáticas españolas. "Aplicamos el principio básico del respeto mutuo en las relaciones", afirma el embajador chino al explicar que la política exterior de su país "es siempre de apoyo a un mundo multipolar". "Nosotros", continúa, "pensamos que sería un mundo más justo y más seguro que se correspondería mejor con los intereses de toda la comunidad internacional".
La reina Sofía asistió la semana pasada a la inauguración de una exposición de Eduardo Úrculo en el museo del Milenium de Pekín, una de las actividades culturales que, con motivo del 30º aniversario del establecimiento de la relaciones bilaterales, ha organizado el Ministerio de Asuntos Exteriores en colaboración con la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior.
Según el embajador de Pekín en Madrid, "España es muy activa culturalmente en China y sus exposiciones, siempre con una numerosa asistencia de público, tienen una gran influencia". La representación diplomática china en España trata, por su parte, de ultimar una exposición en varias ciudades españolas de los soldados de terracota de Xi'An. El embajador chino, Qiu, de 47 años, que presentó sus cartas credenciales hace apenas un mes, destaca que, "aunque ya es un poco tarde para las grandes empresas españolas", hay un enorme campo para las empresas pequeñas y medianas, a las que ahora China concede una gran importancia. "A veces, los que llegan tarde también encuentran buenas oportunidades", señala al hacer hincapié en que "China ya no es un mercado potencial, sino un mercado real con un alto grado de desarrollo".
China se ha convertido en la sexta potencia comercial del mundo y, desde su entrada en la Organización Mundial del Comercio, a finales de 2001, la inversión extranjera ha crecido más de un 30%. En el primer semestre de 2002 se alcanzaron los 48.000 millones de euros. Sin embargo, la inversión española directa apenas alcanzó en 2001 los 5,5 millones de euros, menos del 0,5% de total de la inversión en el exterior.
Gerardo Bugallo, director de Política Exterior para América del Norte, Asia y Pacífico, señala que España tiene que aprovechar la posibilidad que le brinda el campo de colaboración "muy intenso", abierto tras la designación de Pekín como sede de los Juegos Olímpicos de 2008 y de Shanghai para la Exposición Universal de 2010. "Están interesados en nuestro asesoramiento y cooperación e incluso en la experiencia de nuestra transición", afirma.
Tras la reciente puesta en marcha del Plan Asia-Pacífico, que revela, según Qiu Xiaoqi, "la voluntad clara del Gobierno español de acercarse a China", se está poniendo en funcionamiento el Foro España-China, que pretende, según Bugallo, "compensar la tradicional falta de presencia española" en China.
A lo largo de estos 30 años de relaciones diplomáticas ha habido un frecuente intercambio de visitas al más alto nivel, en el que han participado desde los Reyes y el Príncipe de Asturias a los presidentes Li Xiannian y Jiang Zemin. José María Aznar visitó China en 2000, y el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha realizado varios viajes oficiales a Pekín.
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