El PSOE lleva al Congreso una nueva moción para que el Gobierno no apoye el uso de la fuerza

Los socialistas acaban la semana como la empezaron: negociando con el resto de los grupos de la oposición un texto en el que se inste al Gobierno a que no apoye una acción militar contra Irak y que se oponga en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al uso de la fuerza. El PSOE registró ayer en el Congreso una moción que será votada el próximo martes. La intervención ayer en el Consejo de Seguridad de la ministra de Exteriores, Ana Palacio, le pareció al responsable de Exteriores del PSOE, Manuel Marín, la muestra clara de que el Gobierno apoyará un ataque unilateral de Estados Unidos.

El responsable de Política Exterior del PSOE, Manuel Marín, defenderá el martes en el Congreso una moción que es consecuencia reglamentaria de la interpelación que defendió casi de madrugada el pasado miércoles tras el debate de cinco horas entre el presidente del Gobierno, José María Aznar, y todos los portavoces.

Pero la oposición está dispuesta a presentar una interpelación cada semana para tener capacidad a la semana siguiente de presentar una moción que es la figura que da lugar a votaciones. Esas mociones tratarán a la desesperada de que España no participe en una guerra unilateral y, por el contrario, que se sitúe junto a los países que piden más tiempo para los inspectores.

Lo cierto es que los socialistas registraron ayer en el Congreso su moción horas antes de que empezara la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, por tanto, nada se sabía de cuál iba a ser la posición de cada país. El texto de los socialistas tenía un visto bueno generalizado pero abierto a enmiendas y sugerencias que se incluirán el próximo lunes.

En esta moción se insta al Gobierno a apoyar las iniciativas incluidas en el memorándum presentado por Francia, Rusia y Alemania al Consejo de Seguridad, que pretenden una solución pacífica a la crisis. Esto puede conseguirse con el "impulso del proceso de inspecciones, precisando y priorizando los asuntos pendientes, y estableciendo para cada uno de ellos un calendario detallado".

Programa de los inspectores

También se pide la presentación urgente por los inspectores de un programa de trabajo y de informes de progreso al Consejo de Seguridad.

En otro punto se "insta al Gobierno a no favorecer, en estas circunstancias, la aprobación de una nueva Resolución en el Consejo de Seguridad que autorice el uso de la fuerza".

El punto seis de la moción dice así: "Se insta al Gobierno a no implicar a España, directa o indirectamente, en una acción militar contra Irak".

En el siguiente se pide al Ejecutivo de José María Aznar que promueva por medios pacíficos una solución global para Oriente Próximo, "comenzando por un impulso al proceso de paz, con la definición de un marco general para Oriente Próximo, basado en la seguridad y en la estabilidad, la renuncia al uso de la fuerza, el control de los armamentos y la adopción de medidas de confianza". Horas más tarde de la presentación de este texto se produjo la intervención en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la ministra de Exteriores, Ana Palacio.

Para los socialistas no pudo ser más decepcionante. Marín, consideró que la ministra puso de manifiesto que "la decisión del Gobierno de España de participar en una guerra está más que tomada".

A juicio del diputado socialista el Ejecutivo español va a trabajar porque se apruebe "una segunda resolución sobre la base de las presiones de Estados Unidos; y si no consigue esa segunda resolución el Gobierno español participará junto a Estados Unidos en una guerra unilateral".

El dirigente socialista se retrotrajo a la sesión parlamentaria de la pasada semana. "Una vez más el presidente del Gobierno ocultó al Congreso sus verdaderas intenciones y, una vez más, tomó el pelo a los ciudadanos españoles".