Rajoy, Rato y Mayor aleccionarán a cargos regionales del PP sobre Irak

Unos 150 cargos regionales del PP se reunirán el lunes en un hotel madrileño para preparar las elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo. Dos serán los mensajes que les harán llegar los tres vicesecretarios y presuntos candidatos a la sucesión, Mariano Rajoy, Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja, así como el secretario general del PP, Javier Arenas: deben volcarse en vender el programa del PP para las elecciones del 25 de mayo y en explicar "sin desmayo" que la posición del Gobierno sobre la crisis de Irak "no es belicista".

El PP concentrará el lunes en Madrid a todos sus secretarios regionales y provinciales para trasladarles los mensajes que el lunes desgranó su líder, José María Aznar, ante la Junta Directiva Nacional del partido. En los cargos regionales recae la responsabilidad de sacar adelante, sobre el terreno, el mejor resultado posible en las elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo. El coordinador de campaña, Pío García Escudero, les exhortará a que se vuelquen en actos electorales para intentar movilizar al máximo a los votantes propios.

La percepción del PP es que el electorado de izquierdas ya está movilizado, en buena medida gracias, según la dirección popular, a los "mensajes maniqueos y falsos de belicistas contra pacifistas". El objetivo, mantienen, es convocar a las urnas al votante del PP con "un detallado programa electoral y con la garantía del trabajo bien hecho durante estos años". A eso habrá que sumar una compleja explicación de porqué "el Gobierno no quiere la guerra" contra Irak, pero, pese a ello, está directamente implicado en la amenaza sin matices de Estados Unidos de disparar su impresionante maquinaria bélica, ya desplegada en la zona, dentro de tan sólo 10 días.

El secretario general y los tres vicesecretarios trasladarán a sus cargos regionales que la posición del Gobierno responde al "sentido de la responsabilidad" del presidente Aznar, a su "convicción de que así defiende el interés nacional de España y de que no es posible la paz sin seguridad". Y les reclamarán que, en cada acto público, se impliquen directa y personalmente en la defensa de esta posición, aunque ello conlleve un "desgaste electoral" cierto.

El PP suele realizar una concentración de sus cargos regionales cada semestre. La anterior se produjo en noviembre en Trujillo (Cáceres) y entonces el secretario general de los populares, Javier Arenas, exhortó a los suyos a esquivar el debate de la sucesión y a concentrarse en preparar las elecciones para las que sólo faltan 11 semanas. Ahora el debate sucesorio ha quedado esquinado por la avalancha de acontecimientos en los que el PP queda mal parado: primero la catástrofe del Prestige y ahora la inminencia de una guerra contra Irak en la que España se ha alineado sin fisuras con Estados Unidos.

Las intervenciones del secretario general y los tres presuntos sucesores serán abiertas a los medios de comunicación y, hasta ayer, el partido no había trasladado ninguna instrucción concreta de cómo podían repartirse los mensajes sobre la crisis de Irak. Pero la guerra será un elemento clave en los discursos de los cuatro pues así lo encomendó Aznar en la Junta Directiva Nacional. "Es momento de defender de verdad lo que estamos haciendo, de invertir nuestros esfuerzos en explicar por qué hemos de detener esta amenaza", conminó el líder popular a su partido el pasado lunes. Aznar les arengó a estar "convencidos y orgullosos" de mantener una posición, pese a que no cuenta con el respaldo de la mayor parte de los españoles, y de "ser capaces de contagiar ese orgullo a los votantes del PP" y a la ciudadanía.

Arenas, Rajoy, Rato y Mayor podrán coordinar sus respectivos mensajes y estrategias en la habitual reunión de maitines que se celebra a primera hora de cada lunes en La Moncloa. Rajoy es el miembro del Gobierno que, después de Aznar, lleva mayor peso en esta crisis. Rato fue, de los tres vicesecretarios, el único que pidió el lunes la palabra, tras la intervención de Aznar, para defender la "necesidad de luchar por un mundo de reglas". Y Mayor es un entusiasta defensor de la necesidad de responder con una posición de "fortaleza" a cualquier amenaza terrorista. la lucha contra el terrorismo internacional es, desde el inicio de esta crisis, un argumento recurrente en las explicaciones del Gobierno, con la apostilla de que no cambiará "seguridad por votos".