El estudio de la momia de Galera desvela problemas de nutrición
El estudio detallado de los restos humanos parcialmente momificados que científicos de la Universidad de Granada descubrieron en una tumba de la localidad granadina de Galera a finales del año pasado, ha servido por el momento para conocer los problemas nutricionales que el hombre de El Argar padecía hace 3.500 años.
Los investigadores del Departamento de Microbiología han descubierto en los excrementos encontrados junto a los cuerpos algunos parásitos intestinales de gran importancia, porque ponen de manifiesto que aquella población padecía problemas de nutrición debido a estas lombrices.
El director del Laboratorio de Antropología, Miguel Botella, adelantó también que, a falta de la confirmación definitiva por medio de las pruebas de ADN, todos los indicios apuntan a que los restos encontrados correspondían a un padre y su hijo. El adulto tenía una estructura corporal pequeña y ligera que también se distingue en el niño, de alrededor de cuatro años.
Botella explicó que los cuerpos encontrados carecen de signos de violencia, una de las razones por las que los científicos consideran una enfermedad infecciosa como la causa más probable de la muerte del adulto, que tenía entre 27 y 29 años. Ésta es, según Botella, la causa de muerte más común en el hombre antiguo.
"Hasta que no se produjeron avances en la lucha contra las enfermedades infecciosas el hombre ha tenido una esperanza de vida muy corta", expuso el antropólogo encargado del estudio de estos restos, considerados como los segundos más antiguos de Europa que se han encontrado momificados, después del hombre de hielo de los Alpes.
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