_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Zombis

Juan José Millás

Dicen que si a partir de cierta edad te levantas de la cama y no te duele nada, es que estás muerto. Siempre hay algún desacuerdo, por pequeño que sea, entre el estómago y los pulmones o entre el sistema simpático y la conciencia. Hay días en los que te despiertas con el corazón en el lunes y la razón en el sábado. Y esto no sólo le pasa al cuerpo individual, sino al social. La clase directiva china, por ejemplo, está empeñada en llegar a la Luna antes de tres años, cuando lo que en aquel país resulta heroico es llegar a Pekín desde provincias. A los chinos les haría más ilusión ir a Móstoles, para poner un restaurante, que a la Luna. Pero los deseos de los dirigentes rara vez coinciden con los de la base porque no es lo mismo vivir en el páncreas de la historia que en su intestino.

En el cuerpo social del PP, en cambio, no hay desacuerdos de ningún tipo. Al Partido Popular no le duele nada cuando se levanta de la cama, lo que a su edad sólo puede querer decir que está muerto. Habría sido mejor que en la votación del martes algunos de sus diputados hubieran votado en contra de la guerra. Resulta inverosímil que todos, absolutamente todos, sean partidarios de esa barbaridad, a menos que estemos ante una tropa de difuntos. ¿Acaso no han visto desvariar a Aznar en las ruedas de prensa posteriores a sus siestas adúlteras con Bush? ¿Tampoco son capaces de visualizar la carnicería que las armas de destrucción masiva norteamericanas podrían perpetrar sobre la población civil iraquí? ¿No recuerdan que ya bombardeamos Afganistán para cazar a Bin Laden, que es el único que sigue vivo y coleando?

Una unanimidad tal a favor de la muerte sólo es posible dentro de un cementerio. A poco vivo que hubiera estado Aznar, habría pedido a siete u ocho de sus diputados que votaran por la paz para disimular el grado de descomposición orgánica de esa formación, cuyo olor no soporta ni el Papa. "Con el PP, ni Dios", rezaba una pancarta en la manifestación del miércoles. Y es que incluso a Dios le duele ya esto o lo otro cuando se levanta, porque está en la edad, como usted y como yo. Quiere decirse que estamos dirigidos por un grupo de zombis. Cuidado con su mordedura: es peligrosa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_