Crueldad injustificable
Al contemplar las lamentables imágenes de la cacería de vacas y terneros en Sierra de la Cabrera (León), autorizada inicialmente
por la Junta de Castilla y León, no puedo por menos que sentir rabia y vergüenza por ser ciudadana de esta tierra. Que las autoridades que gobiernan den como mejor solución la de la caza por parte de los señoritos de turno es bochornoso.
Por desgracia, en esta Comunidad, la crueldad y la violencia hacia los animales está a la orden del día, eso sí, la mayoría de las ocasiones con el beneplácito de la propia Junta. Raro es el festejo popular que no contenga en su programación una buena dosis de brutalidad hacia todo tipo de animales: Toro de Vega en Tordesillas, Toro de Fuego en Medinaceli, Toro Enmaromado en Benavente, Salto de la Cabra en Manganeses de la Polvorosa, sin olvidarnos de las matanzas sin aturdimiento previo, ahorcamiento de galgos, y tantos y tantos ejemplos que, por desgracia, acontecen en esta Comunidad, donde, sin duda, aún quedan tantos vestigios de Atapuerca.
Me pregunto hasta cuándo va a seguir consintiendo la Junta de Castilla y León este tipo de tropelías, crueles y sangrientas. Parece que en esta tierra, al amparo de la expresión "es una tradición", se obtiene carta blanca para cometer todo tipo de salvajadas. Espero que este aberrante incidente de la cacería de vacas en León trascienda y paguen por la barbarie. Muchos somos de la opinión de que uno de los indicadores de desarrollo de una sociedad es el trato que se da a los animales. ¿Harán de esta sinrazón autóctona una nueva exposición en Nueva York?
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