La banca argentina reclama que se le compense por la devaluación

La banca privada de Argentina reclama al Gobierno una compensación de casi 3.000 millones de dólares por las pérdidas provocadas tras la llamada pesificación de la economía producida a comienzos de 2002. La Asociación de Bancos Públicos y Privados y el Ministerio de Economía se reunirán mañana para discutir los términos de un acuerdo que debería estar listo antes del 15 de marzo, según los plazos pactados con el FMI.

El Banco Central de Argentina elabora un proyecto de ley para la reforma del sistema financiero que reduciría en un 30% el número de bancos que operan en el país. Según el acuerdo firmado el pasado enero con el FMI, esa reforma debería estar concluida en mayo, antes de que asuma el nuevo Gobierno electo en las presidenciales del próximo 27 de abril. Una consultora elegida por concurso auditará la banca pública, y la decisión sobre la apertura a la participación de capitales privados quedará sujeta a la discusión de un acuerdo de mayor alcance con el FMI.

La derogación de la Ley de Convertibilidad que imponía la paridad "uno a uno" del peso con el dólar y la inmediata devaluación de la moneda argentina a la tercera parte de su valor en enero de 2002 obligó a los bancos a devolver los depósitos a la cotización de 1,40 pesos por dólar. Además, deben añadir el porcentaje de inflación mensual y mantener congeladas las cuotas de los hipotecarios y personales concedidos. En su momento, el Gobierno prometió a los bancos compensar ese "desequilibrio" con títulos de deuda.

El ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, insiste en que las pérdidas producidas por el colapso del sistema económico provocado por un endeudamiento excesivo para sostener de forma ficticia la paridad del peso con el dólar, "deben ser soportadas por todos los sectores". "En el último año", explicó Lavagna, "se trabajó para recomponer el sistema financiero con el fin de poder devolverle a la gente dos cosas: los ahorros y un sistema con disponibilidad. En abril pasado, el 100% de los depósitos estaban sujetos a restricciones. Hoy, más del 80% es libre".

Resultados negativos

Según los balances presentados a la Bolsa bonaerense, el Banco Francés -controlado por el BBVA-, el Banco de Galicia, el mayor banco privado del país, y el Banco Hipotecario, un banco mayorista con participación pública y administración privada, perdieron en conjunto 1.787 millones de dólares el año pasado. Los resultados negativos se explican por la devaluación del peso, que aumentó en más del 50% la morosidad en el pago de los créditos y la obligación de devolver los depósitos en dólares cuando los ahorradores presentaban los recursos de amparo dictados por los jueces. En febrero, el mes que acaba de terminar, los bancos devolvieron 270 millones de dólares a los ahorradores.

La crisis financiera provocó el cierre de sucursales y el despido de miles de empleados. El Banco Francés, con pérdidas de 82 millones de dólares, cerró 70 oficinas y eliminó 880 empleos dentro de su plan de reconversión. El de Galicia perdió 469 millones de dólares, y el Hipotecario, que toma préstamos en dólares del exterior para financiar la compra y construcción de viviendas con créditos que se devuelven en pesos y con cuotas fijas, perdió 935 millones.

Mañana, cuando Lavagna se reúna con los directivos de las asociaciones de bancos, la Corte Suprema de Justicia, el máximo tribunal del país, tiene previsto dar a conocer el fallo que declara inconstitucional la pesificación de la economía. La sentencia supone retrotraer todas las decisiones tomadas a enero de 2002. Los bancos deberían devolver sus depósitos a plazo y en cuentas a la vista en la moneda de origen de la imposición. Para evitar el caos, el Supremo no fijaría los plazos de cumplimiento del fallo y recomendaría al Congreso que discuta y apruebe una ley para dar a los bancos la posibilidad de compensar a los ahorradores con bonos de deuda.