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La mitad de las 19 personas asesinadas en la región en 2003 murieron a tiros

La Guardia Civil reconoce que se están asentando en Madrid bandas de criminales extranjeros

Los asesinos tiran rápido de pistola. Las armas de fuego son las más usadas para matar, según se desprende de las 19 muertes violentas registradas en la región desde inicios de año. Este dato es preocupante, sobre todo si se compara con el mismo periodo del año pasado, en el que sólo hubo un asesinato con arma de fuego. La Guardia Civil y la policía reconocen que este aumento de las muertes violentas en Madrid (un 73% en estos dos meses respecto al mismo periodo de 2002) obedece al asentamiento de bandas criminales extranjeras. La policía ha resuelto ocho de los 19 homicidios habidos en 2003.

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Los dos primeros meses han resultado de los más sangrientos en los últimos años en la región. Sólo en febrero han muerto de forma violenta 13 personas en distintos hechos delictivos. El miércoles 5 de febrero marcó el punto de inflexión, ya que en menos de 12 horas hubo cuatro homicidios. Las pistolas del calibre 9 milímetros son las que más han sido utilizadas en este periodo.

Un arma de este tipo fue la empleada por quienes el 5 de febrero acabaron con la vida del empleado de limpiezas del aeropuerto de Barajas Juan Carlos Martín Estacio, de 28 años, hallado sin vida con un naipe del as de copas en Barajas. Horas más tarde, un hombre abrió fuego con un arma similar contra Mikel Jiménez Sánchez, de 18 años, el hijo de la dueña de un bar de Alcalá de Henares, y Juana Dolores Uclés López, de 57 años, que había ido a llamar por el teléfono público del local.

Este aumento de las armas de fuego experimentó su culmen el pasado miércoles, cuando un hombre vestido de negro utilizó un Kaláshnikov (un fusil ametrallador) para dejar acribillados a balazos a dos supuestos delicuentes búlgaros que cayeron en una emboscada (al bajarse del todoterreno en el que viajaban tras advertir que estaba desinflado uno de los neumáticos delanteros). La policía ha centrado sus investigaciones sobre este doble crimen -ocurrido en la calle del Jaz-mín- en la lucha de dos bandas rivales de países del Este especializadas en narcotráfico, robo de vehículos de lujo, venta ilícita de armas y prostitución, además de secuestros y extorsiones. El origen del doble homicidio obedece, según las investigaciones, a un vehículo no pagado el pasado agosto. En este caso también están participando los servicios centrales de la Guardia Civil.

Peleas y ajustes de cuentas

¿A qué se ha debido este espectacular incremento de homicidios? Fuentes policiales y de la Guardia Civil apuntan a diversos motivos. Los asesinatos se han cebado en el territorio vigilado por el Cuerpo Nacional de Policía (Madrid y los 14 municipios más poblados de la región). Diecisiete de las 19 muertes violentas han ocurrido en esta zona. "A principios de año ha habido varias peleas que han terminado con víctimas mortales. Luego, les han seguido numerosos ajustes de cuentas entre bandas rivales que han saldado sus diferencias a tiros", señalan fuentes policiales.

"El problema al que nos enfrentamos es que se están asentando en Madrid grupos organizados de delincuencia internacional. Si los detenemos, en la cárcel van a tener comida, techo y calefacción, por lo que van a vivir mejor que en sus países", señala el responsable de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Madrid. Además, no dudan en abrir fuego en caso de enfrentamiento.En la región hay unos 105.000 delincuentes fichados, según un reciente informe del Cuerpo Nacional de Policía.

Otro problema que afrontan los cuerpos de seguridad es la gran cantidad de armas de fuego que están circulando por la región. "La guerra de Bosnia ha hecho que muchas de las armas utilizadas allí se hayan vendido a las mafias tras terminar el conflicto. Además, es muy fácil pasar pistolas desde Portugal ante la inexistencia de controles fronterizos. No obstante, las autoridades lusas han reforzado los controles y entran menos armas", mantiene un mando del instituto armado. "Estamos investigando por qué han aparecido tan repentinamente tantas pistolas", señala un mando policial.

Los responsables de ambos cuerpos de seguridad aseguran que el nivel de resolución de los homicidios resulta "aceptable". La Guardia Civil tiene pendiente detener a los asesinos del colombiano José Arley Montejo, de 40 años, hallado muerto en una cuneta de la autovía de Valencia. El otro homicidio ocurrido en territorio de la Guardia Civil en 2003 se produjo el fatídico 5 de febrero pasado en Valdetorres de Jarama y ya está resuelto: Antonio M. M., de 28 años, fue detenido acusado de matar a su vecina Piedad García, de 50 años, durante un robo en su chalé.

46% de la policía

Una estadística ligeramente peor lleva hasta la fecha el Cuerpo Nacional de Policía. De los 13 homicidios registrados en su demarcación, los agentes de Homicidios ya tienen seis resueltos (el 46%). En una ocasión, en la muerte a cuchilladas del empresario José Valdés González, de 59 años, el supuesto autor del asesinato se entregó horas después en el hospital Gregorio Marañón. Otra vez fue la Policía Municipal la que arrestó a los ladrones de un BMW que se empotraron contra un Volvo 740 y mataron al vecino de Puente de Vallecas Rubén García López, de 19 años. "Estamos empleando todos nuestros efectivos. Hay algunos casos que nos llevarán más tiempo porque son muy complicados, sobre todo los ajustes de cuentas", señalan fuentes policiales.

Los responsables de la policía y la Guardia Civil coinciden en que para atajar este problema no sirven sólo medidas policiales y judiciales. Apuestan por medidas políticas, económicas y sociales, entre otras. Además, no descartan que los homicidas abandonen la capital y se oculten en otras zonas de la región, ante la mayor presión policial.

Un ex portero de bares de copas, la última víctima

La indignación, la rabia contenida y cierto sentimiento de revancha se palpaba ayer en el tanatorio de Móstoles, donde ayer le fue practicada la autopsia a la última víctima de los 19 homicidios registrados en la región (José Francisco Dopacio de Pablos, de 26 años). Tres disparos acabaron con la vida de este vecino de Móstoles la noche del pasado viernes, cuando el pasajero de una scooter se bajó y le disparó cuando viajaba en un coche conducido por su novia. La forma de actuar de los asesinos no hacía más que recordar otras dos muertes similares ocurridas el 26 de noviembre de 2001, cuando fue asesinado de tres tiros Francisco Javier Manzanares, El Manzas, de 27 años, en el barrio de Parque Coimbra en Móstoles, cuando regresaba a su domicilio. El segundo homicidio ocurrió el 15 de junio de 2002, cuando Iván Llorente Liébana, de 31 años, murió de varios disparos en el cuello y la espalda en la localidad granadina de Motril.A bote pronto parecería que estas tres muertes no están relacionadas, pero un análisis más detallado ofrece sorpresas. Manzanares era uno de los responsables de los porteros de la zona de copas Costa Polvoranca de Alcorcón hasta que pasó a vigilar una discoteca de Carabanchel. Llorente, asesinado siete meses después, era uno de sus lugartenientes. Pero falta la pieza de Dopacio. Éste estuvo hasta hace cuatro meses trabajando de portero en la misma zona de bares de Alcorcón. "Nunca se ha metido en problemas y no sabemos por qué lo han matado. Hace tiempo que rompió con todo aquello", señaló la novia de la víctima a EL PAÍS. Dopacio, vecino de la calle del Empecinado de Móstoles, era el mayor de tres hermanos. Ahora regentaba una empresa de reformas de albañilería en la localidad mostoleña. Entre las hipótesis que maneja la policía sobre estos homicidios está el control por el tráfico de pastillas de éxtasis o de cocaína a pequeña escala entre los clientes de los bares.

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