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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Bush escribe la historia

Bush quiere liberar Irak y transformar la región. No se conforma con eliminar las armas de destrucción masiva y el peligro de su utilización por grupos terroristas. De momento es una visión, no un plan. La historia de "nuestra nación y del mundo civilizado", dijo anteayer ante el conservador Instituto Americano de la Empresa, ha sido escrita por otros, pero "el resto será escrito por nosotros".

Lo que podría haber sido un inteligente esfuerzo previo a la guerra -empujar a israelíes y palestinos a un nuevo proceso de paz- se queda en mera posibilidad: "El éxito en Irak podría significar un nuevo comienzo para la paz en Oriente Próximo". Dista mucho del compromiso enunciado por Aznar tras su velada en el rancho tejano de Bush. El presidente de EE UU habla de la hoja de ruta y de la perspectiva de un Estado palestino independiente, siempre que la Autoridad se reforme (es decir, sin Arafat), pero ya no menciona ni siquiera el horizonte de 2005. Antes habrá un año electoral (2004) en EE UU y el voto judío contará para unos republicanos que quieren arrebatárselo a los demócratas. Mientras, en Israel, el nuevo Gobierno formado por Sharon no parece proclive a una paz que implique devolver territorios a los palestinos, especialmente aquellos que cuentan con asentamientos.

El cambio de régimen en Irak, no avalado por ninguna resolución del Consejo de Seguridad, ya es política oficial, junto a la visión de que un Gobierno democrático en Bagdad servirá para impulsar reformas en toda la región, "de Marruecos a Bahrein" y más allá. El modelo que se perfila es el de Alemania y Japón de la posguerra mundial, aunque Bush afirma no tener "intención de determinar la forma precisa" del nuevo Gobierno de Bagdad.

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Se propone seguir en Irak la política que siempre recriminó a Clinton: la construcción de un Estado, con "decenas de millones de dólares" previstos para ayuda de emergencia a los iraquíes y una ocupación "tan larga como sea necesario". Se compromete a la unidad y estabilidad de Irak, pero unos y otros ya han empezado a repartirse el pastel: Turquía pretende conceder el permiso a EE UU para que entre en Irak a través de su territorio no sólo a cambio de mucho dinero, sino de la participación de soldados turcos en la invasión del Kurdistán iraquí y de garantías de que no habrá concesiones al autonomismo kurdo.

Bush quiere escribir la historia, pero es improbable que la controle. Ya no lo hace ahora cuando asegura, respecto a Al Qaeda, que "les estamos ganando y les estamos demostrando la definición de la justicia americana". ¿Es ésa la que tiene a los presos en Guantánamo al margen de toda ley? ¿O la de la Ley Patriótica que está subvirtiendo las libertades en EE UU?

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