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Sharon nombra un Gobierno de 'halcones' en Israel

Apoyado por los colonos del Partido Nacional Religioso, los extremistas de la Union Nacional, los radicales laicos de Shinui y por su propio partido Likud, Ariel Sharon formó ayer un Gobierno de coalición de halcones, cuyos objetivos principales serán dos, la seguridad interna y la reactivación de la economía. Sobre los otros asuntos fue claro: "La cuestión del Estado palestino será planteada en el momento oportuno", aseguró Sharon al presentar las líneas maestras de la que será la actuación de su Gobierno. Así, el primer ministro elude cualquier tipo de compromiso que pudiera inquietar a sus apoyos políticos, la mayoría firmes opositores a un futuro Estado palestino.

Sharon continuó su intervención de manera ambigua; dijo que estaba dispuesto a hacer "concesiones dolorosas a favor de la paz", siempre y cuando se pusiera "fin al terrorismo, se lleven a cabo reformas en la Autoridad Nacional Palestina y se produzca un cambio en su dirección", en referencia clara a Yasir Arafat. Recalcó, además, que rechaza compartir Jerusalén y cualquier negociación sobre el retorno de los refugiados palestinos.

Ese mensaje impreciso de Sharon respecto al Estado palestino supone, de alguna manera, un desafío a los proyectos políticos del presidente estadounidense George W. Bush que, pocas horas antes y ante el American Entreprise Institute de Washington, había abrogado por un plan para pacificar y democratizar todo Próximo Oriente. Este plan entraría en vigor tras la guerra en Irak e incluiría, entre otras medidas, la creación de un Estado palestino en 2005.

Sharon ha tenido especial cuidado de situar en los puestos clave de su nuevo Gobierno a los barones de su formación, el partido nacionalista Likud, en un intento de pacificar sus filas, acabar con las rivalidades de los clanes e impedir las traiciones políticas. En esta línea, junto al ex general Saul Mofaz, responsable de Defensa, ha colocado a Sylvan Shalom al frente del Ministerio de Exteriores; a Benjamín Netanyahu, en Finazas, y Ehud Olmert, en la cartera de Comercio e Industria.

El Likud tiene en el nuevo Gobierno 13 ministros, cuatro de ellos sin cartera. Los laicos radicales de Shinui controlarán cinco departamentos: Justicia, Seguridad Interior, Infraestructura, Medio Ambiente y Ciencias y Tecnología; los colonos del Partido Nacional Religioso estarán al frente de Vivienda y Asuntos Sociales y los extremistas de Unión Nacional en Turismo y Transportes.

El nuevo Ejecutivo y su programa, el segundo que se forma en Israel en poco menos de dos años, fue aprobado con el voto a favor de 68 escaños, de un Parlamento formado por 120 diputados.

El discurso de Sharon fue contestado desde Ramala por un portavoz de Arafat, que acusó al primer ministro de "poco serio en el momento de hablar de un Estado de Palestina". El ex negociador Saben Erekat añadió, en un tono apocalíptico, que el nuevo Ejecutivo no sólo no traerá la paz, si no que provocará más violencia y ocupará todo Cisjordania y Gaza.

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