'El otro lado' explora la diversidad en el barrio madrileño de Lavapiés
En Lavapiés (Madrid) conviven personas de al menos ocho o diez culturas distintas: chinos y españoles (payos y gitanos), árabes e iberoamericano, bengalíes y africanos... ¿Pero hay mestizaje entre ellas? ¿Se conocen unos a otros o se trata de pequeños guetos en un mismo espacio?
A éstas y otras preguntas intenta responder el documental El otro lado, una producción autogestionaria realizada por un equipo multicultural y dirigida por el egipcio Básel Ramsis (El Cairo, 1973), que ha sido estrenada en la Filmoteca Española. La película plantea de forma directa, a través de las declaraciones de los vecinos, los problemas de la inmigración, la integración y el futuro de un barrio que Ramsis considera "único en el mundo": "Normalmente, en Europa, inmigración equivale a periferia, pero Lavapiés está en pleno centro de la ciudad. Y eso no pasa en casi ningún otro sitio".
Pero la belleza de la idea no siempre se corresponde con una vida paradisiaca. La Ley de Extranjería, el racismo, la delincuencia de un pequeño grupo, el paro general, la incomunicación, las dificultades para pagar el alquiler... La película pone sobre la mesa todos esos problemas. Y una conclusión general: que no hay mestizaje. Ramsis: "Sobre eso hay muchas dudas, pero las cosas no pasan automáticamente. Quizá es pronto. Cuando vemos las imágenes de los niños en el colegio jugando juntos tenemos esperanza de que el futuro sea mezclado, pero nadie sabe qué pasará. Formar una tribu de mestizaje es muy difícil. Y los políticos y las leyes están en contra. Alcanzar una cultura que resuma todas es muy complicado. Y yo no creo que Lavapiés lo consiga a corto plazo".
De todos modos, el filme muestra que Lavapiés es "otro lado", un grito de libertad y convivencia. Lo cual no parece gustarle mucho al poder. "El Ayuntamiento no para de hacer obras de mejora de fachadas y de aceras con fondos de la Unión Europea", dice Ramsis. "Y no creo que sea para proteger la diversidad. Porque proyectos sociales no hay. La única inversión cultural es La Casa Encendida, que da la espalda al barrio. Más bien parece que lo que quieren es encarecer los alquileres para ir echando poco a poco a los habitantes actuales y construir un barrio de artistas y de gente rica".
Babelia
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