Opositora insolidaria (1)
Soy una madre de familia que, tras leer la prensa estos días, se sienta abandonada a su suerte al comprobar que un curioso sindicato de interinos, mientras yo me preparo mis oposiciones, mientras yo hinco los codos, se dedica a fastidiarme con sus huelgas cuasi subvencionadas tratando de cerrar mi futuro laboral.
Por la incompetencia de la Junta y la tibia oposición sindical, las interinidades crecieron y crecieron hasta límites insospechados, afectando a 17.000 personas en Andalucía. En este amplio colectivo se originó una suerte de núcleo "pata negra" de interinos con solera, que en su extraña condición ahora pretenden aferrarse a privilegios indefendibles legalmente, arrogándose derechos que no les corresponden. Estas mentes privilegiadas, que no sirven para ganar limpiamente sus oposiciones, exaltaron el espíritu de cuerpo y crearon un curioso sindicato, una descarada incongruencia llamada SADI, que se manifiesta ahora virulentamente contra la Consejería. Estos, que "son así de insolidarios", presuntamente quieren formar parte de la Administración, quieren ser funcionarios.
Al fin se les ha ofrecido a ellos, y a todos los parados, una amplia posibilidad de que podamos acceder a un puesto de trabajo. Pero, incomprensiblemente, se niegan a opositar: Quieren "entrar por la cara". Se les ve demasiado el plumero, así que yo, además de parada, ahora soy también insolidaria con estos opositores. Ante la dejadez de la Administración, la principal culpable de esta absurda situación, cabe esperar sólo que sea más eficaz y siga ofertando todas las plazas. Es de esperar que los sindicatos, que ahora tienen la oportunidad de mostrar un poco de sensatez, no apoyen estas indecencias que tratan de hurtar la igualdad de oportunidades a los ciudadanos que aspiramos a un puesto de trabajo en la Administración.
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