Malos tiempos para la lírica vasca

Soy aficionado a la lírica y un asiduo a la programación de ópera de la ABAO en el Euskalduna, y sigo de cerca los avatares de este mundillo en Euskal Herria. Considero encomiable la trayectoria de la ABAO programando en Bilbao grandes acontecimientos en este género, trayendo a grandes compañías internacionales, destacados intérpretes extranjeros y exóticos directores. Todo muy bien. Pero me llama poderosamente la atención la (al menos aparente), desatención hacia los jóvenes de nuestra tierra, quizá futuras estrellas de la lírica, que están luchando denodadamente para salir adelante. Sin embargo, se les cierran las puertas de eventos que, indirectamente, son financiados por ellos y por sus familiares.

¿Y que hacen las instituciones públicas que subvencionan a estas agrupaciones que no las instigan e, incluso, obligan a ayudar a estos jóvenes? ¿Qué hace la consejería de Cultura del Gobierno vasco? ¿Indiferencia, ineficacia, falta de sensibilidad? Lamentable. Ahí van nombres de esos jóvenes a los que me refiero: Arruabarrena, Latorre, Saitua, Fachado, Plazaola y algunos más.

¿Sólo se hace patria con el fútbol, el alpinismo o las aventuras? ¿Y qué decir del comportamiento de EITB, ajena por completo a estas actuaciones?

Lo que digo de Bilbao, lo podemos aplicar asimismo a la programación en el Kursaal y a la Quincena Musical de San Sebastián, así como a los actos que organizan los ayuntamientos de los pueblos. ¿Alguien nos dará alguna razón?